- POR MARTÍN VILLAGRA
- Periodista
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El triunfo de Nacional se justifica plenamente porque fueron los albos los que tuvieron más de codicia en la zona de definición en todo el partido. Los primeros 20 minutos fueron los más aburridos del campeonatos, trotes cansinos, carentes de intensidad, de parte de los dos equipos, parecía un partido amistoso.
Cerro, sin ambición, empezó a tocar y tocar el balón, pero no progresaba, mientras que el cuadro tricolor entró a ver qué pasaba y tampoco se preocupó demasiado en atacar.
El Ciclón creó la única jugada de cierto peligro frente al arco rival cuando Churín se escapó por la derecha y disparó el centro que fue rechazado por el golero Espínola.
Los albos, viendo que con su rival no pasaba nada, le perdieron el respeto y se animaron a atacar. Aguilar avisó por dos veces que Nacional estaba cerca de marcar el gol inaugural, en la primera el remate fue detenido magistralmente por el arquero Jean y en la segunda oportunidad el poste salvó a los cerristas.
La tercera fue la vencida y por fin La Academia anotó el gol a los 37 minutos. La jugada provino de un mal despeje defensivo que fue a los pies de Martínez y este tira el centro que es aprovechado por Juan Alfaro para poner en ventaja a Nacional.
En la complementaria, Facundo Sava envió al campo de juego a Samudio y Galeano, buscando más intensidad en el traslado del balón y fue Braian el que logró el empate sobre los 18′ aprovechando un grueso error del arquero Héctor Espínola. Un penal tonto de Espínola, que Alfaro lo canjeó por gol, le dio el triunfo justiciero a Nacional ante un equipo cerrista que perdió el alma.