LUIS IRALA, periodista, Nación Media
Libertad hizo lo suyo y superó bien a Olimpia, inclusive pudo haber sido más amplio el triunfo. Así tres fechas antes, el Gumarelo con justicia dio la vuelta olímpica.
El primer tiempo fue intensamente disputado por los dos equipos. Libertad buscando la victoria que lo acerque al título de campeón y Olimpia no se quedó atrás y jugó como una final, queriendo lavarse la cara. La diferencia estuvo en la forma de buscar el gol. El cuadro local atacaba en bloque y el lado izquierdo de la defensa franjeada fue un callejón abierto para los avances liberteños. Iván Ramírez era la salida permanente por la derecha, creando superioridad numérica en el momento de atacar porque no tuvo un hombre que lo encime en el traslado. El Decano nunca dio imagen de equipo bien compactado, es que la soledad de Paiva en ataque era alarmante. El cuadro olimpista puso temperamento y carácter dentro de la cancha, pero no fue suficiente ante un equipo como el liberteño mucho mejor armado tácticamente.
Una mano dentro del área cometida por Luis Zárate fue cobrada por el árbitro Juan Benítez, con ayuda tecnológica, que el interminable Óscar Cardozo lo transforma en gol. El Gumarelo intentó llegar por todos lados al segundo tanto, pero se interpuso la gran figura de Antolín Alcaraz para cortar todo intento de conquista liberteña.
En la complementaria, Tacuara asistió magistralmente a Villalba, pero Espínola salvó. Con uno menos por expulsión de Villalba, el local tuvo dos ocasiones para aumentar, pero Melgarejo y Gómez fallaron. Olimpia también estuvo cerca del gol, mas se quedó en eso. Sobre el final, las noticias desde barrio Obrero eran buenas con la derrota de Cerro y Libertad se llevó el título. ¡Salud campeón!