El arquero Leandro Finochietto fue figura en la victoria de Guaireña contra Olimpia (1-0), que volvió a ganar luego de 13 fechas. El último triunfo abiceleste había sido ante Tacuary, en la segunda jornada en Villa Elisa por 2-1.
“Fue el desahogo que veníamos esperando. Estábamos trabajando bien, pero no se daban los resultados. Ahora hay que seguir ganando para salir de esta situación”, expresó el golero a “Versus radio”/Nación Media.
El argentino, de 26 años, tuvo que arrancar de atrás para ganarse el puesto. Mencionó que el remate del olimpista Alejandro Silva fue lo más complicado de todo el encuentro. “Pensé que entraba”, admitió.
“No hay tiempo para festejar, debemos prepararnos para el siguiente encuentro y debemos mejorar el rendimiento”, agregó.
La próxima fecha, Guaireña debe visitar a General Caballero en Juan León Mallorquín, en compromiso entre equipos que pelean la parte baja de la tabla.
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General busca desahogo ante la gran revelación
La fecha 20 del torneo Apertura concluye hoy con un partido más que interesante, principalmente por los puntos en disputa. General Caballero de Mallorquín recibe la visita del 2 de Mayo de Pedro Juan Caballero, con la necesidad imperiosa de sumar los tres puntos.
El cuadro Rojo que dirige Aureliano Torres, no conoce de victorias desde hace 11 fechas. Su última victoria había sido justamente en condición de local ante Trinidense en marzo pasado y ya pasó una rueda entera en el que alternó empates y sobre todo derrotas, que lo tienen a maltraer no solo en la tabla, sino en el promedio.
Y la parada de hoy no le será para nada fácil porque el Gallo Norteño, en contrapartida, está cumpliendo una muy buena campaña, ocupando la parte alta de la tabla y bien alejado de la zona roja del promedio. De todas formas, el equipo de Felipe Giménez no tiene el mismo potencial cuando juega en condición de visitante, por lo que se presagia un compromiso de mucha intensidad y equilibrio.
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Desahogo de Nacional
Nacional dejó de lado la falta de triunfos y en un partido en el que tuvo mucha fortuna, asociado a su buen juego, le ganó de visitante a General Caballero. El 2-1 logrado en Ka’arendy luego de casi 2 meses lo ayudó a dejar la última posición de la tabla. Había que remontarse a la fecha 6, cuando logró su última victoria ante Trinidense.
El Tricolor se trajo de los vestuarios el primer tanto. En realidad, recibió un regalo inesperado de Valenti, que al querer retroceder la pelota para su arquero Arévalos de cabeza, dejó clavado el balón en un charco de agua. La pelota no se deslizó y Gaona Lugo aprovechó para poner el primero apenas al minuto de juego.
Agrandado por ese regalo, la Academia tuvo los mejores minutos del partido y lo aprovechó al máximo porque en una incursión profunda de Árevalo, Alexis Rodas cometió un infantil penal por mano, que Alfaro no desperdició para poner desde los 12 pasos el segundo del partido.
Casi inmediatamente después, Ramón Ponce se jugó con cambios para intentar torcer el curso del partido. La propuesta del Rojo Mallorquino mejoró y en el segundo tiempo llegó al descuento en forma insólita. En un centro sin peligro, Brian Blasi, en su intento por mandar la pelota a la línea de fondo, no hizo otra cosa que meter el balón en su propio arco, ante la sorpresa de Antony Silva y sus demás compañeros. El 2-1 le dio otra motivación a los locales que siguieron buscando el tanto del empate. Arañaron la paridad, aunque sin éxito.
Para el Trico fue un desahogo este triunfo tras la racha negativa a nivel local e internacional, mientras que General tampoco anda bien, sumó su quinto partido sin victoria y está estancado en la tabla.
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Grito de desahogo azulgrana
- Por Juan Vicente Duarte
- Periodista-Nación Media
Y volvió por fin a la victoria. Cerro Porteño tuvo que esperar ocho fechas para volver a festejar un triunfo en el torneo Apertura, que le vendrá muy bien para tranquilizar las aguas tras semanas tumultuosas. El que pagó los platos rotos fue Sportivo Luqueño, que fue una sombra del equipo que en sus últimos partidos mostró cosas muy positivas. Ganó el Ciclón 1-0, pero el resultado pudo haber sido más amplio, sobretodo por las ocasiones que desperdició en el primer tiempo. Pero en el segundo, tras una gran jugada de Cecilio Domínguez, Jorge Morel metió el zapatazo esquinado para decretar el único tanto del partido. Después, aguantó con sofocones el resultado. Victoria merecida del Ciclón, que se posiciona nuevamente en el lote de arriba.
Estadio: Ueno Defensores del Chaco. Árbitro: David Ojeda. Asistentes: Eduardo Cardozo y Esteban Testta. Cuarto árbitro: Aldo Quiñónez. VAR: Carlos P. Benítez. AVAR: Héctor Balbuena.
Gol: 57′ Jorge Morel (CP). Amonestados: B. Valdez, R. Piris da Motta, C. Domínguez, D. Churín, W. Viera (CP), M. Ferreira (L).
SPORTIVO LUQUEÑO: Alfredo Aguilar; Rodi Ferreira, Alexis Villalba, Pablo Aguilar, Mathías Suárez; Nicolás Maná (65′ Diego Fernández), Rodrigo Rojas, Rubén Ríos(87′ Jorge Mendoza), Lautaro Comas (65′ Sergio Fretes); Marcelo Ferreira (78′ Sebastián Ruiz Díaz), Alex Álvarez (65′ Derlis Ortiz). DT: JULIO C. CÁCERES.
CERRO PORTEÑO. Jean Fernandes; Víctor Cabañas (79′ Enzo Giménez), Bruno Valdez (90+3′ Ronaldo de Jesús), Cristian Báez, Santiago Arzamendia; Juan Iturbe (85′ Gabriel Aguayo), Robert Piris da Motta, Jorge Morel (85′ Wilder Viera), Cecilio Domínguez; Federico Carrizo (79′ Dramane Diarrá). Diego Churín. DT: JORGE ACHUCARRO.
GIMÉNEZ DIO EL SÍ
El español Manolo Giménez dio el sí para ser el nuevo técnico de Cerro Porteño. El adiestrador llegará al país para firmar su contrato con el Ciclón y comenzará a trabajar en la próxima semana. Así como están las cosas, debutará en la fecha 11 ante Nacional.
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Los católicos van a Caacupé porque creen que alguien los está esperando
Hoy acontece la mayor expresión popular del país con la manifestación de cientos de miles de personas en torno a la festividad de la Virgen de Caacupé. En la fecha la Iglesia católica recuerda la inmaculada concepción de María, la madre de Cristo, por lo que la feligresía se acerca en masa movida por sus creencias cristianas a la capital cordillerana. Y aunque la motivación original es de índole religiosa, la congregación multitudinaria abarca los sentimientos más amplios de la sociedad paraguaya que se expresan yendo físicamente hasta ese santuario.
Tal vez algunos puedan cuestionar que la gente se mueva detrás de la imagen de una mujer de extracción humilde que vivió hace más de 2000 años en la lejana Nazareth, que, curiosamente está vestida con oropeles, como una reina, llena de alhajas y collares de oro, lejos de la realidad que vivió. Y dirán que se parece mucho a un fetichismo religioso, cercano a la idolatría. Pero es el homenaje de la gente que así expresa su amor y reconocimiento a la madre de Jesús, el Cristo, el centro de las religiones cristianas, especialmente del catolicismo al que pertenece la mayoría de la población de nuestro país.
Interpretando ese sentimiento popular, el papa Francisco, cuando estuvo en el santuario de Caacupé, en julio de 2015, había dicho: “Venimos acá, al santuario de Caacupé, porque sabemos que alguien nos espera”.
Había reconocido que el santuario es un lugar de fiesta, de encuentro, de familia. Y había resumido las motivaciones de los peregrinos señalando que: “Venimos a presentar nuestras necesidades, venimos a agradecer, a pedir perdón y a volver a empezar. Cuántos bautismos, cuántas vocaciones sacerdotales y religiosas, cuántos noviazgos y matrimonios nacieron a los pies de nuestra Madre. Cuántas lágrimas y despedidas. Venimos siempre con nuestra vida, porque acá se está en casa y lo mejor es saber que alguien nos espera”. Es difícil sintetizar mejor lo que acontece en Caacupé que estas expresiones de Francisco.
¿Por qué la gente va a Caacupé?
Para el papa, los feligreses van a ese santuario porque se sienten comprendidos. Pueden sentarse a rezar en un lenguaje común y contarle a la Virgen las situaciones de su existencia porque ella las comprende.
“Y todo esto lo sabemos por el evangelio, pero también sabemos que, en esta tierra, es la Madre que ha estado a nuestro lado en tantas situaciones difíciles. Este santuario guarda, atesora, la memoria de un pueblo que sabe que María es Madre y que ha estado y está al lado de sus hijos”, había resaltado.
Refiriéndose a la historia de nuestro pueblo, el sumo pontífice había tenido palabras muy elocuentes sobre la importancia de la fe en la vida paraguaya: “Este santuario guarda, atesora, la memoria de un pueblo que sabe que María es Madre y que ha estado y está al lado de sus hijos”.
Dirigiéndose a las mujeres, había dicho: “Ustedes tienen la memoria, ustedes tienen la genética de aquellas que reconstruyeron la vida, la fe, la dignidad de su pueblo, junto a María. Han vivido situaciones muy, pero muy difíciles, que desde una lógica común sería contraria a toda fe. Ustedes, al contrario, impulsadas y sostenidas por la Virgen, siguieron creyentes, inclusive ‘esperando contra toda esperanza’. Y cuando todo parecía derrumbarse, junto a María se decían: No temamos, el Señor está con nosotros, está con nuestro pueblo, con nuestras familias, hagamos lo que Él nos diga. Y allí encontraron ayer y encuentran hoy la fuerza para no dejar que esta tierra se desmadre. Dios bendiga ese tesón, Dios bendiga y aliente la fe de ustedes, Dios bendiga a la mujer paraguaya, la más gloriosa de América”.
Las palabras del papa Francisco señalan que la devoción a la Madre de Cristo es uno de los puntos centrales del sentimiento de los paraguayos. Esa apreciación explica en gran medida las expresiones y la vida de buena parte de la población nacional. Acaso muchas cosas de su conducta no podrían entenderse si no se tiene en cuenta esa realidad.
Por ello nada más cierto que las expresiones del pontífice que señalan que los peregrinos recurren al santuario de la Virgen de Caacupé porque saben que allí alguien los está esperando.