• Por Luis Irala
  • Nación Media

Cerro Porteño sufrió una de las derrotas más vergonzosas en la Copa Libertadores. Tuvo la fortuna de que los bolivianos erraron muchos goles, de lo contrario la goleada en contra pudo haber sido escandalosa.

La falta de actitud de sus juga­dores fue uno de los factores que tuvo en contra el cuadro azulgrana y sumado el gran juego colectivo de Bolívar, condicionaron la estrepitosa caída.

Desde el comienzo fue­ron mejores los bolivianos, demostrando un orden tác­tico admirable, donde los carrileros Bejarano por derecha y Fernández al lado opuesto, marcaban la dife­rencia, además los volantes tenían resto físico para defen­der y atacar.

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Otra opción del Bolívar fue­ron los remates de media distancia y antes del primer gol probó dos veces avisando y en el tercer intento anotó Gabriel Villamil. Siguió el dominio visitante y crecía el mal juego cerrista, asocián­dose Robert Piris da Motta anotando un gol en contra. Estupor en la Nueva Olla, pero la primera etapa tenía más sorpresas guardadas y el tercero boliviano llegó por intermedio de Bejarano y el primer acto se fue con un categórico 3 a 0 para Bolívar.

En la complementaria se esperaba el relevo de todos los volantes azulgranas y en especial el cambio de acti­tud, pero el técnico Sava también estaba confun­dido y solo entró Samudio por Morales. Pero no hubo tiempo para nada, tras el cuarto gol del Bolívar, apro­vechando Patricio Rodrí­guez una lujosa jugada de contragolpe, todo terminó para los locales.

Pudo haber sido peor, por­que Bolívar falló mucho frente al arco de Jean y así mostrando su peor versión, Cerro fue goleado dando lástima.


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