• Por Luis Irala
• Nación Media

Cerro Porteño logró una estupenda escalada frente a General Caba­llero y tras ir 2-0 en desventaja, en la complementaria dio vuelta para triunfar por 3 a 2.

Empezó con muchos bríos el Ciclón y antes de los 10 minu­tos ya podía haber estado ganando por tres goles. En ese lapso, tuvo a su merced al cua­dro esteño, que entró inseguro y con muchas dudas, pero no supo definir.

El viejo dicho “goles que no haces, te lo hacen” tuvo plena vigencia, porque en el segundo ataque a fondo de los locales, Gabriel Báez comete un infan­til penal que es aprovechado por Jorge Sanguina, poniendo en ventaja al equipo mallor­quino. La apertura en el mar­cador envalentonó a los locales y el cotejo se volvió de ataque por ataque para ambos con­juntos y los dos arqueros pasa­ron por momentos álgidos.

Gabriel Báez completa su noche negra entregando el balón a Cristhian Báez y el chico sin dudar saca un bom­bazo que se mete al techo del arco de Jean para el 2 a 0. Sobre los 38′, Braian Samudio marca el descuento, tras buena jugada de Churín sobre la izquierda y la primera etapa concluye con ventaja de 2-1 para los esteños.

En la complementaria, el Ciclón sopló fuerte y en siete minutos marcó dos goles para lograr la estupenda remontada. A los 61′ Diego Churín tras pase de Alberto Espínola marca el empate y sobre los 68′, Fede­rico Carrizo anota un golazo, en un gran gesto técnico engan­cha el balón para el tercer tanto. Tremenda reacción del cuadro azulgrana que le sirvió para sumar tres puntos importantes y de nuevo se mete de lleno en la pelea por el título de campeón.

El delantero boliviano Marcelo Moreno Martins, de 35 años, res­cindió contrato y se retiró de Cerro Porteño. El vínculo del arti­llero de las eliminatorias pasadas era hasta fin de la temporada, sin embargo, según un comunicado del club, adelantó su desvin­culación por cuestiones “estrictamente familiares”. La actuación de Moreno Martins no llenó las expectativas que se crearon en torno a su fama de goleador y en 45 partidos solo anotó siete tan­tos, promediando una conquista cada seis partidos y medio.