- Doha, Qatar. AFP.
Juan Manuel Lillo, faro filosófico de Pep Guardiola, hizo un “mea culpa” en pleno Mundial de Qatar: “No somos conscientes del lío que hemos armado (…). No me atrevo a decir qué equipo ha sido el mejor porque todos son muy parecidos y los jugadores son idénticos”.
El técnico español, ex asistente de Pep en el Manchester City, se unió a una serie de voces que alertan desde hace años sobre una “robotización” del balompié debido, en parte, a que se reemplaza el aprendizaje empírico de la calle –gambeta, regate, picardía– por el esquematizado de las academias.
“Hemos globalizado una metodología hasta el punto de que se ha colado en los mundiales”, escribió en una columna publicada en el portal deportivo The Athletic previo al inicio de los cuartos de final.
“Todo es a ‘dos toques’ porque todos entrenan con dos toques, todos juegan a dos toques (…). Es cierto que ahora no hay malos jugadores, pero tampoco atletas excepcionales. En nuestro intento por acabar con los malos jugadores, acabamos también con los buenos”, expresó.
Desde Alemania 2006, dos años antes de que Guardiola asumiera la dirección técnica del Barça de Lionel Messi, Xavi e Iniesta, al que estampó varias ideas de Lillo, el promedio de pases por secuencia no para de crecer en los mundiales: de 2,9 a 3,6, según una medición de Opta con corte a octavos de Qatar.
“MEDIOCRIZA”
Otro pensador del fútbol, el argentino Jorge Valdano, advirtió de la situación enunciada por Lillo días antes de que la bola empezara a rodar en la primera Copa del Mundo disputada en una nación árabe. “La calle tenía una gran virtud, que cuidaba al jugador diferente. En cambio, la academia, que tiene otra virtud, la de hacer mejores a los mediocres, tiene un defecto: que hace peores, ‘mediocriza’ a los diferentes. Y eso me parece que es una mala noticia”, dijo al portal español Relevo.
La situación, por supuesto, tiene excepciones, y no de poca cuantía: Lionel Messi, exponente del fútbol callejero, que en Sudamérica también se llama “potrero”, brilló en el desierto qatarí.
“Es muy probable que no haya jugadores creativos si todo es automático y si a uno que gambetea con 15 años le decimos que no lo haga si la pierde dos o tres veces”, dijo el año pasado el ex internacional argentino Pablo Aimar, asistente técnico de Lionel Scaloni en la Albiceleste.
“Entiendo lo del juego posicional, lo de atacar los espacios (…). Pero si nosotros a esas edades solo jugamos tácticamente, no podemos esperar jugadores creativos. Y vuelvo a la defensa atrapada atrás, eso lo destraba un creativo. Uno que se imagina algo diferente. Tenemos que dejarlos y permitirles equivocarse”, añadió.