El socio vitalicio del Olimpia, Ricardo Doria, habló con Versus radio de Nación Media sobre cuestiones que tienen que ver con el club y lanzó un mensaje esperanzador para el pueblo franjeado, dejando en claro que arrancaron los trámites para poder levantar la sanción que tienen en la FIFA y así poder contratar nuevamente.
“Hay una posibilidad de que Olimpia levante la sanción, se está trabajando en ese sentido. Se arreglaron 10 juicios, esto nos da la posibilidad de solicitar el levantamiento de la sanción de FIFA”, expresó Doria, acerca del esfuerzo que viene realizando un grupo de la comitiva.
“Polenta (Diego), Domingo (”Nico”), Adebayor, son 3 casos que avanzaron mucho, en algunos por cerrar. Lo de Agustín Ale estamos próximo a arreglar. También se resolvieron los del cuerpo técnico de Garnero, caso Ergas, caso Huracán con Salcedo y tiempo atrás lo de Derlis”, explicó.
“Se tienen que alinear los astros y que Papá Noel nos dé la noticia de poder contratar. Para navidad esperamos el regalito y la noticia de FIFA de poder contratar”, remarcó.
En cuanto a las dificultades del trabajo que vienen haciendo, valoró a los directivos que luchan a su lado. “Me convertí en pedigueño por el Olimpia y algunos no atienden o te dejan en visto el mensaje. Tenemos las mejores intenciones de ayudar al Olimpia y al presidente Cardona. Los que trabajamos en este grupo somos Óscar Vicente Scavone, Cardona, yo y los abogados que son los principales”, mencionó. “Alejandro Domínguez ayudó mucho en esto, no quiero olvidarme de nadie”, sostuvo.
Por otra parte, de darse la buena noticia de poder fichar, Julio Cáceres pretendería traer tres a cuatro incorporaciones. El “Emperador”, actual entrenador campeón, renovó por dos temporadas más.
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Arte navideño en Areguá
La tradicional Feria Navideña, en su edición 2024, ya tiene abiertas sus puertas en el Centro Cultural del Lago, en Areguá, ofreciendo a los visitantes las creaciones con motivos de las fiestas religiosas de fin de año, elaborados por artesanos de distintas ciudades de Central y alrededores. Desde la apertura del CCDL en 2010, los últimos meses del año están dedicados a los pesebres y adornos navideños que realizan los alfareros de Areguá, principalmente, así como también los de Tobatí e Itá.
EXPOSITORES
Se suman cada año a la tradicional Feria Navideña artistas plásticos y artesanos de ciudades vecinas, que con mucho color y alegría se integran con su espíritu navideño. Participan de la presente edición Bienvenida P. Monges, Juan Carlos Giménez y Gustavo Rolón, Elizabeth Rejala, Agustina Rejala, Luciana y Limpia Concepción Cáceres, Gladys y Teresa Vera, Carlos Echeverría, Emelita Maqueda, Rogelia Romero, Roberto Aguayo, Arsacia Monges, Teresa Barrientos, todos de Areguá.
Además, Raúl Brítez y Celso Benítez, de Itá. Junto con ellos también exponen sus versiones del Portal de Belén: María Mercedes Esquivel, Carolina Noguera y Ediltrudis Noguera, de Tobatí; Esperanza y Carlos Rodríguez, y Adelaida Colmán, de Capiatá; Jazmín Jara, de Pirayú; Fátima Páez y Apolonio Portillo, de Luque, y Julio Insfrán, Martín Spinzi y Marijó Veiga, de Asunción.
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Tras atentado con bíperes Maduro pide evitar regalar electrónicos en Navidad
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, recomendó a miembros de su gobierno y partidarios, no aceptar equipos electrónicos como regalos de Navidad, a propósito de las explosiones de bíperes y walkie-talkies en Líbano que dejaron decenas de muertos.
“No reciban regalos electrónicos (...) cuidado con los teléfonos, celulares, mosca (atento) todo el mundo”, dijo el mandatario durante un acto en Caracas transmitido en cadena obligatoria de radio y televisión.
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Maduro, que “decretó” el inicio de la Navidad desde el 1 de octubre, pidió además que “en todos los ministerios, institutos y empresas del Estado” se priorice la compra de “artesanías y juguetes fabricados en Venezuela” para el intercambio de regalos en “las navidades venezolanas”.
Crisis política
Su pedido ocurre en medio de una crisis política desatada por su reelección para un tercer período consecutivo de seis años (2025-2031) que la oposición tacha de fraude, al reivindicar el triunfo de su candidato, el exdiplomático Edmundo González Urrutia, asilado en España desde el 8 de setiembre.
Dos oleadas de explosiones de bíperes y walkie-talkies, entre el martes y el miércoles, dejaron 37 muertos y unos 3.000 heridos con el objetivo de atacar a miembros del grupo Hezbolá, apoyado por Irán.
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El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, recordó ayer viernes que el derecho internacional “prohíbe” el uso de artefactos “explosivos” que parezcan objetos “inofensivos” y consideró “un crimen de guerra cometer actos de violencia destinados a sembrar el terror entre la población civil”.
El ministro libanés de Asuntos Exteriores, Abdallah Bou Habib, calificó ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas la explosión de los dispositivos de comunicación como un “atentado terrorista”, por “su brutalidad”.
Fuente: AFP
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Lo que esperamos de los políticos
- Por Felipe Goroso S.
Hay iniciativas que tienen por objeto cuestionar determinadas decisiones y hay otras que critican la parcialidad de la representación política. Algunos grupos de medios de comunicación apelan a una supuesta indignación ciudadana que en realidad no consigue salir de las salas de redacción o sus comisariatos de Prensa. En apariencia se cuestiona la representación que fue elegida por el pueblo soberano en elecciones libres para apelar a un sistema idílico donde se precisen de mediaciones. Por las vías más rebuscadas y retorcidas posibles se intenta implantar en las agendas de la gente que ciertos hábitos políticos significan una pérdida de la representación. Un ejemplo de esto es presentar como algo “malo” que el político corresponda a la gente que se comprometió y trabajó para que el mismo logre acceder a un cargo de alguna relevancia. Para algunos, eso es usado para decir que no nos representan.
Se martilla sobre una supuesta insatisfacción, pero en realidad revela una profunda mentalidad antipolítica. Lamento comunicarles que no hay política sin representación. En la insatisfacción o reclamo puede haber muchos elementos, una parte de ellas considerables, pero suele faltar un enfoque político de la política.
Puede sonar paradójico, pero se han puesto a pensar que tal vez los políticos no hagan del todo bien el trabajo que nadie hace ni haría mejor que ellos. Hagan el intento. Grupos de medios de comunicación nos plantean sustituir a los políticos y podríamos probar hacerlo, pero no deberíamos dejarnos engañar con la carnada que nos proponen de que quienes pasarían a ocupar el espacio que dejen no fueran, a su vez, políticos. Pueden presentarse como líderes gremiales, activistas de oenegés, miembros de iglesias, sociedad civil, periodistas, dueños de medios, ere erea. Pueden presentarse con etiquetas distintas a la de los políticos porque en realidad los desprecian tanto que quieren ocupar sus lugares y convertirse en ellos.
Lo que está en juego en este debate es si una sociedad democrática como la del Paraguay puede saltearse los sistemas y métodos de representación que les da la voluntad popular y acceder al poder. Obtener todos los beneficios sin ningún compromiso ni responsabilidad. Sencillamente porque nadie los votó.
La representación política tuvo sus detractores en el absolutismo predemocrático, pero hoy está puesta en cuestión por una lógica que habla en tapas de diarios, zócalos de noticieros, posteos en redes sociales, comunicados de la sociedad civil. Todos tienen en común implantar la desconfianza ante las mediaciones de la política.
Debemos esforzarnos en proporcionar una capacidad efectiva de controlar, pero no contribuyamos a debilitar la política cuestionando su naturaleza representativa. No se trata tanto de decir a los políticos en todo momento, como si fueran meros ventrílocuos de la sociedad, lo que tienen que hacer. Tal vez en ese momento tengamos expectativas más acordes a la realidad. Solo tal vez.
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NYC, una ciudad de película
Ricardo Rivas, periodista, Nueva York, EE. UU., X: @RtrivasRivas - Fotos: AFP/gentileza
Muchos sostienen enfáticamente que la Navidad vive en la Ciudad de Nueva York. No es sorprendente. Tal vez, el cine y la tele produjeron sentido sin descanso para que esa idea trocara -también para muchos- en sentido común.
Desde hace algunas décadas no faltan quienes sostienen -muchos enfáticamente- que la Navidad vive en la Ciudad de Nueva York (NYC). No es sorprendente. Tal vez, el cine y la tele produjeron sentido sin descanso para que esa idea trocara -también para muchos- en sentido común. Mitos y leyendas urbanas atraviesan Manhattan, Brooklyn, el Bronx, Queens y Staten Island. Ninguno de esos barrios se parece. Son bien diferentes. Contrastan. Y siempre es posible descubrir, entre lo de siempre y lo que llega desde la historia, zonas nuevas que se potencian de la mano de emprendedores que en cada esquina descubren oportunidades que no siempre benefician a todos.
Después de un largo período regresé a NYC con tiempo y en Navidad que en este año, como en el anterior no fue blanca ni tampoco exageradamente fría. En mayo pasado también estuve aquí, pero una muy compacta agenda de trabajo me impidió reconocerla y partí con la decisión de regresar pronto porque me fui sin recorrer más que lo imprescindible sus avenidas, calles y callejuelas.
La decisión estaba tomada. Por ello, desde que arribé un par de días atrás al aeropuerto John Fitzgerald Kennedy, como alguna vez –seguramente– le pasó a Sinatra, “estos zapatos vagabundos / anhelan irse por ahí / precisamente en su corazón / Nueva York, Nueva York”. ¿Cómo no comprender a Frankie y desear, como él, “despertar en esta ciudad / que no se duerme”, aunque en estos días invernales minutos después de las 5:00 PM es noche cerrada.
Cuando repaso los días más recientes –con nubes bajas, nieblas espesas y algunas lloviznas– descubro que en cada uno de ellos apenas poco más de nueve horas fueron para que el sol ocupe el firmamento. Solo los neones y las pantallas led en Brooklyn y Times Square aportan brillo en la noche de la vieja Nueva York que, pese a las prácticas sociales de siempre, los comportamientos de sus 8,6 millones de habitantes hacen que todo sea o parezca diferente.
GENTRIFICACIÓN
“Tribeca y Dumbo son lo nuevo y los resultados de los procesos de gentrificación más relevantes de los últimos años en NYC”, me dijo a poco de andar a bordo de una poderosa SUV Cadillac de RELIER, Ariel Rodríguez, conductor y guía de excelencia para explicar los secretos neoyorquinos, que disfruta profundamente de cada una de sus jornadas de trabajo. Es un profesional apasionado que –con apenas 20 años recién cumplidos– llegó aquí desde Buenos Aires pocos días después del 11 de setiembre de 2001, cuando el ataque terrorista contra las Torres Gemelas del WTC aún asombraba y apenaba a miles de millones en la aldea global.
“TriBeCa es un acrónimo con el que se menciona a un área de Manhattan a la que se denomina Triangle Below Canal Street”, explica Ariel. La zona crece con ímpetu. Los hípsters parece que todo lo pueden y son cientos los jóvenes bohemios de alto poder adquisitivo así categorizados que se instalaron allí. Crecen y se expan- den. Son la contracultura, la rebeldía, la crítica contra el consumo, contra los valores establecidos, pero no trepidan en exhibirse fanáticos de Apple y de las marcas más costosas.
En algunos casos, son y marcan tendencia.
Tal vez por ello, en el 375 de Greenwich Street, Robert de Niro y Drew Nieporent se instalaron con Tribeca Grill, uno de los más recientes éxitos gastronómicos en Manhattan. En la esquina opuesta, Locanda Verde, el restaurante donde la escritora Rosario Oyhanarte ambienta su novela “El libro más bonito del mundo. Una historia de amor” –notable éxito editorial– también está allí. Muy cerca, pero del otro lado del Hudson, Ariel me invita para conocer en Dumbo –Down Under the Manhattan Bridge Overpass (Bajo el paso elevado del puente de Manhattan), otro nuevo barrio en Brooklyn– y me permite descubrir en torno del teatro St. Ann’s Warehouse vistas sorprendentes con imágenes de alto impacto de Manhattan y sus edificios más emblemáticos mientras recorremos Domino Park.
MEMORIA
Nueva York estremece. Ground Zero (Zona Cero) –donde hasta el 11S de 2001 estaban las Torres Gemelas– ha cambiado a partir del horror. Una nueva torre allí se erige con un diseño arquitectónico que tomó nota de los datos que aportaron los desaparecidos edificios colapsados como consecuencia del ataque criminal en el que fueron asesinadas unas 4.500 personas. En su entorno también todo es diferente desde entonces. Mucho para ver, recordar y pensar. En la plaza Memorial dos piscinas marcan la localización exacta de cada uno de los dos edificios destruidos. Simbolizan las huellas de las gemelas que el mundo vio colapsar luego de ser atacadas. Enormes cascadas artificiales y 415 árboles que allí fueron plantados enmarcan el cenotafio en el que están escritos los nombres de las víctimas del ataque. Dos alas blancas gigantes de material que se levantan por sobre el Oculus –donde se encuentran la estación del metro y el centro comercial World Trade Center (WTC)– completan el área.
Con Ariel nos retiramos en silencio. Siento que la obra, además de constituir un ejercicio de memoria, desde algún lugar es también una clara muestra de resiliencia social para seguir adelante. Ground Zero quedó atrás. En el audio de la SUV de RELIER suena la voz de La Voz. “New York, New York / I want to wake up / In a city that never sleeps / And find I’m a number one / Top of the list / King of the Hill / A number one…”. Cierro mis ojos para escuchar su entonación sin que nada ni nadie pueda distraerme. “Lo conseguiste, Frank”, pienso y digo solo para mí. Con audacia e impunidad sueño que junto con él hacemos un dueto. “These little town blues / Are melting away / I’ll make a brand-new start of it / In old New York”.
Manhattan queda atrás. El Bronx está cerca. Las escaleras de Joker –Shakespeare Steps, muy cerca del Yankee Stadium– me sorprenden. Aún no hay nadie que las recorra. Sin embargo, siento que Joaquin Phoenix sí está y que baila sobre ellas. Me detengo frente a su imagen inmortalizada sobre un lienzo callejero. Empatizamos. ¿Qué iguala y diferencia Ciudad Gótica de Nueva York? No tengo la respuesta. La producción de sentido que procura el cine me puede. ¿Cómo pensar NYC sin las historias del cine y la tele? No son pocos los títulos que activan los recuerdos. El puente de Manhattan en “Érase una vez en América”. Cientos de policiales que en las noches tenebrosas desde la inhóspita esquina adoquinada de Water St y Washington St muestran el Empire State Building iluminado y centrado en uno de los arcos del Manhattan Bridge. “Hombres de negro”, en torno de las torres y un globo terráqueo gigante en Flushing Medows Corona Park, en Queens cuando Tommy Lee Jones y Will Smith perseguían a un extraterrestre.
DONDE VIVE LA NAVIDAD
¡Esto es Nueva York!, me dije. La tarde es muy breve en el invierno neoyorquino. El tiempo navideño gana espacio con el avance de la noche. Ariel inicia la marcha hacia la nocturnidad de Brooklyn. “Vamos hacia Dyker Heights, donde vive la Navidad”, explica. Nunca estuve allí hasta la noche pasada. Llegar hasta la avenida 10 en la esquina de 83 y, luego, desde allí caminar hasta la avenida 12 y 84 no fue sencillo. Cientos de automóviles, miles de caminantes, policías, patrulleros y grupos de personas en familia recorren cada una de esas arterias a lo largo de las cuales el paisaje semeja una película transitable. Solo unas pocas casas de las que allí se encuentran no tienen luces navideñas. Jardines, ventanas, balcones están ocupados en plenitud por imágenes de ciervos, de trineos, de Papá Noel, de Santa Claus o simplemente de Santa. Enormes equipos de audio amplifican con fuerza villancicos una y otra vez. Algunas máquinas instaladas dentro de muñecos y trineos tirados por renos regularmente lanzan nieve artificial porque tanto este 2023 como en el pasado 2022 aquí para la Navidad no nevó.
“Decorar cada casa tiene un valor estimado que en promedio se ubica entre 10.000 y 20.000 dólares”, detalla el guía de RELIER. “Las luces se encienden cada año en el Día de Acción de Gracias y así permanecen hasta enero”, agrega. Precisa, mientras caminamos, que “las casas más conocidas –las más famosas– son las de la señora Lucy Spata, en el 1152 de la calle 84 y, justo enfrente, en el 1145, la de la familia Polizzotto”.
Se necesita ayuda para poder mirar todo. Miles de apretujados transeúntes empuñan sus teléfonos inteligentes con los que apuntan a todo lo que brilla y cautiva. Algunos residentes –sí, que viven en esos chalets todo el año, aunque parezca increíble– visten ropas con motivos navideños. Alguien explica que “la señora Spata fue la primera en iniciar este tipo de celebraciones”. Otros relatores sostienen enfáticamente que “los que empezaron todo fueron los Polizzotto”.
PROMESAS
En ambos casos los memoriosos coinciden en señalar que en el inicio fueron promesas que esas personas realizaron para pedir la sanación de familiares que estaban en tratamiento médico por graves padecimientos. ¿Cómo saber con exactitud la verdad? ¿Tendrá importancia saberlo? Los que todo lo saben añaden y destacan que “son todas iniciativas privadas”. Dan cuenta de que “cada casa paga –durante el tiempo que mantienen las luces encendidas cada día– unos 8.000 dólares mensuales por el consumo de luz”.
Sin embargo, y pese a tanto detalle, nadie sabe decir con algún fundamento por qué hacen esas inversiones tan importantes. En ese contexto, tampoco nadie sabe nada de los vecinos que no acuerdan –por la razón que fuere– con ese tipo de prácticas festivas tan extendidas. Solo se sabe que se oponen a ello porque sus viviendas se mantienen en total oscuridad, como si no se encontraran en ellas.
Sorprendentes costumbres neoyorquinas. Pero aun sin comprender algunos de los fenómenos comentados, me animo a decir –como lo sostienen miles– que, en Brooklyn, Nueva York, en el barrio Dyker Heights, es donde la Navidad en su forma menos religiosa parece una película, aunque NYC y su gente, cada una y a su modo, son historias reales.