Los ingresos de Tony Sanabria y Ángel Romero en el segundo tiempo fueron claves para la remontada albirroja. En el caso del delantero del Torino fue fundamental, por sus dos goles, que dejaron los tres puntos en casa.

Sanabria fue claro y se mos­tró muy feliz por sus tan­tos. “Es una emoción única, obviamente para nosotros los delanteros es muy impor­tante poder convertir, si se puede ayudar al equipo des­pués en el trabajo sucio tam­bién. Obviamente estoy muy contento por poder convertir esos goles, son muy impor­tantes para mí, para tener más confianza”, destacó en entrevista con GEN/Nación Media.

Agregó que “la clave de este equipo es esto, no juegan solo los once, sino todo el plantel, ahora tenemos el apoyo de la gente, tenemos que hacernos fuertes en casa”.

En cuanto al cambio que se produjo con la llegada de Gustavo Alfaro, destacó: “Desde el principio fue muy claro con todos, nos transmitió esa confianza que de por ahí no teníamos más y ahora miramos la clasificación de frente, obviamente esto es largo, pero esto nos ayuda a estar de pie”.

Otro que nuevamente jugó un gran partido fue Andrés Cubas, quien incluso fue ovacionado por el público en varios pasajes del partido por su entrega.

“Había que ganar, era una prueba que teníamos que pasar, no arrancamos bien con un resultado abajo, pero salimos en el segundo tiempo sabiendo que lo teníamos que dar vuelta, que teníamos que mostrar ese carácter, que no nos teníamos que caer, el grupo lo demostró, estoy muy orgulloso y contento con este triunfo”, expresó.

Mencionó que el momento actual es ideal. “Esto es nues­tro, de la gente, de todo Para­guay, sentimos el apoyo de afuera, eso nos dio energía para seguir, así que este era el camino que queremos, ahora más que nunca a no bajar los brazos”, manifestó.

En cuanto a la ovación que recibió, se mostró agradecido a la gente. “Es una emoción enorme, no lo podía creer, un agradeciento total a la gente y vamos todos juntos”, concluyó.

Libertad logró evitar el embrollo mayor con un empate sobre la bocina ante Trinidense, que se quedó al borde de lograr una gran victoria. Para el Gumarelo, ese 2-2 fue el ali­vio de un mal partido y para el cuadro de Trinidad, el sabor amargo de un partido que le hubiera permitido llegar a su primer triunfo en el torneo Clausura.

El Triqui fue picante desde el inicio del partido. Trabajó mejor en la distribución del balón y tuvo a un explosivo Tomás Rayer, para explotar al máximo sus virtudes. Fue así que el extremo no tardó mucho en lograr el primer gol tras una pelota recuperada por Diego Torres, tras mal pase de Hernesto Caballero, en el borde del área grande. El pase a su compañero fue letal y este la picó ante la salida de Silva para poner el 1-0. Un golazo.

Libertad lo salió a buscar, pero lejos estuvo del orden, con algunos jugadores debajo de su nivel actual. Aún así, tuvo un tiro libre a su favor que lo aprovechó al máximo. La defensa de Trinidense hizo poco para despejar el balón, que le quedó a Espinoza. El lateral, de espaldas, conectó de una forma poco común pero puso la paridad.

El complemento fue un calco del primero, porque fue nue­vamente Trinidense el que asumió un protagonismo mayor. Y llegó al segundo gol, nuevamente por un error defensivo, esta vez de Viera. Tras un rebote, otra vez Rayer la mandó a guardar, esta vez con disparo fuerte ya desde dentro del área.

En los minutos que siguieron, Trinidense supo manejar el balón y hasta metió algunos contragolpes que pudieron darle el gol de la tranquili­dad, aprovechando el adelan­tamiento de Libertad.

Pero el que obtendría su pre­mio sería el campeón, que ya en el último minuto de adi­ción, logró la paridad. Óscar “Tacuara” Cardozo bajó el balón para Sanabria, que metió el zurdazo salvador en el resultado, más allá del pobre juego exhibido por el campeón.

Para Trinidense fue un cas­tigo demasiado grande, por lo que bien que trabajó el partido a lo largo de su desarrollo.

• Por Martín Villagra
• martin.villagra@nacionmedia.com

Paraguay tenía que ganar y lo hizo por la mínima diferencia ante Bolivia. Fue extrema­damente sufrido, más de la cuenta por todo el gasto que hizo. Falta mejorar la pun­tería. De todas formas, la primera victoria sirve para fortalecer en lo anímico, prin­cipalmente para descompri­mir la tremenda presión que había en torno al encuentro por la cuarta fecha de las eli­minatorias sudamericanas camino al Mundial 2026.

Ya en el segundo tiempo en medio de la tensión y los apu­ros por dejar todos los pun­tos de local, ingresó Antonio Sanabria y marcó el gol del triunfo en la primera pelota que tocó.

Fue la culminación de una gran acción colectiva, en la que participaron Álvaro Cam­puzano, Mathías Villasanti, Miguel Almirón y Matías Espinoza, quien lanzó el cen­tro. Gabriel Ávalos dejó pasar la pelota y Antonio Sanabria depositó el balón en el arco boliviano con remate colo­cado de atropellada.

La Albirroja tuvo la pelota, generó aproximaciones, pero le faltó definir. Ramón Sosa, mano a mano con Guillermo Viscarra, tuvo el primero, pero desperdició dos veces ante el achique del golero boliviano. Miguel Almirón definió, pero en posición ade­lantada y su tanto no subió al marcador.

Ramón Sosa, desequilibrante en Paraguay junto a Alejan­dro Romero, Miguel Almi­rón y Adam Bareiro, acusó un golpe y se retiró lesionado en el final de la primera etapa. El marcador no se abrió, en medio de fricciones que pro­puso Bolivia, amparado por el flojo arbitraje del uruguayo Gustavo Tejera.

En el segundo tiempo, un remate de zurda del lateral Alberto Espínola nuevamente hizo trabajar al golero Visca­rra, quien desvió con esfuerzo para salvar su portería.

Pasaban los minutos, aflora­ban el apuro y los nervios en Paraguay. Gabriel Ávalos gua­peó y convirtió, aunque tocó el balón con la mano. Otra vez se le negó el gol a la Albirroja. Alberto Espínola y Héctor Villalba también se retiraron lesionados, posibilitando los últimos cambios de Robert Rojas y Antonio Sanabria, quien fue el salvador con su gol. La forma quedó a un lado, lo más importante es el resul­tado y se consiguió. Queda mucho por ajustar para los próximos partidos. Lo mejor tiene que ver con ponerse nue­vamente en la carrera por la clasificación al Mundial 2026.

“Paraguay ganó porque fue el equipo que propuso, pese a los contratiempos, tuvo el premio merecido”, justificó Daniel Garnero. Analizó igual­mente a Bolivia: “La reducción de espacio genera sus dificul­tades, pero el equipo reac­cionó bien y el rival no generó opciones y eso marca el equili­brio del grupo”.

Mientras que Matías Espi­noza destacó que “dentro del campo fuimos muy superio­res, creamos situaciones, nos faltó la puntada final”.

“Es lo que siempre buscamos, una alegría para nosotros y todo el pueblo, sufriendo siempre”, matizó Robert Rojas.

“Muy feliz por el triunfo y dedicamos a la gente que vino a apoyarnos. La idea era aso­ciarse en la ofensiva con Almi­rón y Sosa, por suerte salió todo bien y la ilusión es irnos al Mundial entre todos”, des­tacó Kaku Romero.

“La parte física es fundamen­tal, cuando en el mano a mano no podés controlar al rival, es difícil. Ahora a pensar en los dos partidos que vienen”, expresó Gustavo Costas, téc­nico de Bolivia, quien tiene el respaldo para seguir en el cargo.

Cuando se trata de Lionel Messi todo se magnifica. Y mucho se habló del supuesto escupitajo que le lanzó el delantero paraguayo Tony Sanabria, durante el duelo por eliminatorias, jugado el jueves en el Monumental de River.

La prensa del vecino país literalmente condenó a Sanabria, en las que se le ve lanzando un escupitajo –aparentemente– al crack rosarino, tras un entredicho entre ambos. La toma no favoreció para determinar la distancia. Incluso pasó a más cuando ya en zona mixta, ambos jugadores hablaron de lo que pasó. Sanabría desmintió categóricamente intentar agredir de esa forma al argentino cuando la prensa del vecino país le requirió sobre dicha acción.

“Estuve viendo, me llegó la imagen. Parece que yo lo escupo, pero para nada. Él está lejos, pero parece por la imagen. Como se ve de la parte de atrás parece que yo lo escupo. Pero nada que ver. Lo desmiento totalmente”, refirió Tony.

“La verdad que no lo vi, me dijeron ahí en el vestuario que uno de ellos me había escupido. La verdad no sé ni quién es el chico este. No lo vi, me dijeron ellos después, pero tampoco le quiero dar importancia porque va a salir a hablar en todos lados y es peor, se va a hacer conocido y es mejor dejarlo ahí”, declaró por su parte Messi.

De todas formas, un clip que se viralizó en las últimas horas y que fue grabado desde otro ángulo muestra que hay bastante distancia entre ambos jugadores cuando Sanabria escupe y que su acción no está dirigida hacia el astro argentino.

“Parece que yo lo escupo, pero para nada. Él está lejos, pero parece por la imagen. Como se ve de la parte de atrás, parece que yo lo escupo. Pero nada que ver. Lo desmiento totalmente” (ANTONIO SANABRIA, DELANTERO PARAGUAYO)

“La verdad que no lo vi, me dijeron ellos después, pero tampoco le quiero dar importancia porque va a salir a hablar en todos lados y es peor, se va a hacer conocido y es mejor dejarlo ahí” (LIONEL MESSI, JUGADOR ARGENTINO)