Lo peor sucedió. Spor­tivo Luqueño tocó fondo y descendió de Primera División a la cate­goría Intermedia 2022. El desenlace se produce tras 53 años. El Auriazul vive el peor momento deportivo e institu­cional, producto de desacier­tos dirigenciales y en medio de una profunda división. La gota que colmó el vaso fueron los partidos de Promoción frente al Sportivo Ameliano, que se llevó el cupo disponible y des­plazó al Auriazul en la pelea por la permanencia (derrota 3-2 y empate 1-1).

Muy lastimado por lo suce­dido, el DT Miguel Zahzú, quien dirigió el último par­tido tras la salida de Badayco Maciel, señaló que se debe reestructurar todo. En tanto, el jugador Marcelo Palau fue más allá y utilizó el término refundación. “Quiero expre­sar la tristeza del plantel. Vi un grupo de futbolistas tre­mendamente dolidos. Con una situación en el vestuario insostenible. Imagino la diri­gencia, todo lo que se cruza por la cabeza. El hincha cómo está. Quiero ser respetuoso y no ahondar mucho en temas específicamente futbolísticos en este momento tan triste.

Una institución que conozco, que me dio el lugar para inten­tar algo que no se pudo”, dijo Zahzú. El entrenador agregó que “si me remito al desarrollo del juego, sobre todo en la pri­mera etapa antes de recibir el gol, habíamos tenido unas lle­gadas importantes. Los futbo­listas corrieron, metieron. Hay que reestructurar Luqueño. Es doloroso dar vuelta la página. La gente deberá tener comprensión. Tolerarse, que no haya violencia y vuelva la unión en la ciudad”.

Marcelo Palau pidió una opor­tunidad para seguir en el club.

El uruguayo sentenció: “Ojalá pueda quedarme para devol­ver a Luqueño al lugar que merece en Primera División. Y que surja una refundación. Este club tiene para ser uno de los más grandes de Paraguay, sin dudas”.

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