- POR SUELI MEDEN
- Periodista GN
De las incontables paradojas que tiene la vida, una de ellas la tiene Asunción. Su entonces caudalosa bahía fue siempre el acceso a la madre de ciudades, pero curiosamente, esa puerta nunca fue el frontispicio del que fuera un fuerte. La capital paraguaya le dio siempre las espaldas, pero hoy voltea su rostro a la suave brisa que pasea por la moderna Costanera, cuya construcción promueve la economía y, por si fuera poco, a ese recodo ribereño desembarca el fútbol grande con el club Resistencia, la modesta institución que fija asiento en un populoso paraje, donde la historia del país comenzó a escribirse con Juan de Salazar, Pedro de Mendoza, Domingo Martínez de Irala y otros aventureros expedicionarios.
Y será desde el 2022 cuando a ritmo de gambetas y emotivas veladas futboleras, Resistencia cuente su peculiar historia, impelida por el brioso respaldo de su fanática muchachada, ávida de reivindicaciones y deseosa de pasar de ser del bajo a estar en lo alto de la mediatez. Aquella historia perpetuada en el pentagrama por Félix Roberto Galeano Mieres, o simplemente Maneco Galeano, quien inmortalizó a la barriada con una guarania, que es una de las más representativas del acervo nativo y que fuera creación de otro genio que parió el sitio como José Asunción Flores.
Ese rincón asunceno es de gente de sacrificio y lucha constante, legados que dejó el icónico Ricardo Brugada, periodista, diputado y defensor de los derechos civiles y obreros, querido como pocos por propios y extraños, tanto que lo eternizaron denominando al pintoresco barrio con su nombre, para nunca dejar de evocar el recuerdo del afamado “Ricardito”, cuya memoria se volvió inmarcesible a la reiterada represión que sufrió por parte del Gobierno y la Policía, mientras abogaba por el derecho de los desposeídos.
De sus callejas y recovecos emerge el fútbol de Resistencia a la gran urbe. Sus muros, casi parecidos a los rincones de Quindío, Colombia, serán cajas de resonancia del grito estentóreo de gol cuando de los zapatos de alguno de sus futbolistas salga disparado el balón que inflará la red del arco contrario y marque la conquista del equipo, que resonará vibrante en los receptores de sus pobladores.
El arribo de Resistencia a Primera marca sin duda un hecho significativo para el deporte paraguayo. Será mediante el fútbol que el barrio cambiará el “canto de penas y angustias” por la emoción de ver a once bravíos jugadores medir fuerzas con los poderosos Olimpia o Cerro Porteño, situando a ese paraje en el epicentro de un sinfín de renglones en diarios, instantáneas en televisión y fotos en redes sociales.
El club debió esperar más de dos décadas para este tan anhelado retorno. El tiempo no borró la estampa de la popular Chacarita (diminutivo de chacra) ni con la lluvia del verano ni con la crecida del río, que incluso forzó a varios de sus habitantes a dejar esos pagos por mejores condiciones de vida.
Y mientras el barrio, con el puñado de habitantes con que cuenta, prepara sus mejores galas para la gran fiesta deportiva que recorrerá Mompox, Florencio Villamayor, Jejuí y otras callejas, el fútbol grande le dedica a Resistencia la magistral obra, “Ne rendápe aju”, porque toca a la puerta del pintoresco lugar que reposa a los pies del litoral, de donde partieran los grandes aventureros a conquistar nuevos horizontes. Así como Resistencia, que hoy ancla a Primera tras varias fallidas expediciones…
“Tuvimos muchos tropiezos”
“Es un sentimiento indescriptible, es un sueño de mucha gente, de mi familia en especial, el mío propio, y agradezco a Dios que por fin se nos haya dado. Trabajamos para eso; esto no es una lotería, tuvimos muchos tropiezos. Dios dijo que Resi tiene que estar en el 2022 en Primera División”.
UN “ABUELO” DEL BAJO
Guaireño de nacimiento, chacariteño por amor, y zapatero de profesión, don Francisco Vásquez, de 87 años, que trabajó no solamente como capataz del club de la Chaca, si no que utilizó sus habilidades de zapatero para componer los botines de los chicos de aquella época: “Me dijeron que Roque Santa Cruz sería el primer refuerzo, no sé si me mintieron o no, pero en el fútbol todo es posible”, mencionó don Francisco muy sonriente.
Resistencia arrancó la temporada con Carlos Recalde como entrenador, quien dirigió 18 juegos, de los cuales gano 7, empató 7 y perdió 4.
Luego asumió Pablo Caballero quien dirigió 15 juegos (la ultima fecha se juega el martes) ganó 9, empató 5 y perdió solamente uno.