- POR MARTÍN VILLAGRA
- Periodista
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La prioridad era el resultado, sabiendo que todavía alcanza el tiempo para seguir en la pelea. Cerro trabajó, aguantó y sufrió muchísimo, pero salió con su cometido ante Guaireña, que sin muchos argumentos futbolísticos tuvo para ofrecer su tremenda garra y recién dio el brazo a torcer con el pitazo final del árbitro.
La victoria mantiene vivo a Cerro Porteño en la pelea, expectante a lo que pueda suceder más adelante con los rivales directos, considerando que tiene por delante un superclásico clave el próximo sábado. El Ciclón no sopló, pero pudo ganar con el golazo de derecha del zurdo lateral Santiago Arzamendia, en el primer tiempo.
En el acto inicial, Cerro manejó la pelota con mejor propuesta, aunque careció de peso ofensivo. El juvenil Fernando Ovelar intentó juntarse con Federico Carrizo y el brasileño Mateus Gonçalves. Muy estático, Mauro Boselli tuvo poca participación, pero en su favor, las pelotas no le llegaron claras.
Guaireña mantuvo el orden y controló el juego, pero cuando tuvo obligaciones le faltaron ideas para proponer, además se expuso en varias oportunidades a ciertas conexiones peligrosas del rival. En el primer tiempo se vio un ritmo interesante, que fue decayendo, se volvió trabado y friccionado en el segundo.
Cerro se cuidó e intentó alternar a sus hombres con los ingresos de Claudio Aquino, Enzo Giménez y Sergio Bareiro. Guaireña metió muchas pelotas en profundidad, era un ir y venir constante. Un libreto demasiado repetido, aún con los ingresos de Carlos Duarte y Lucas González. Jorge Mendoza se hizo dueño de las pelotas paradas, que no tuvieron el efecto necesario y sobre el final Cerro se plantó, tuvo algo más e intentó mover la pelota para enfriar el ímpetu del rival.
REACCIÓN
“Nos mantiene con chances”
“Ganamos un partido clave que nos mantiene con chances de pelear por el primer lugar, tenemos ahora otro partido clave contra nuestro tradicional rival”, comentó Francisco Arce.
“Como siempre pasa cuando venimos a jugar aquí: vibrante, duro, difícil, pero muy felices por el esfuerzo hecho, por la forma como lo jugamos, por la intención que tuvimos siempre de convertir más goles que nos dé tranquilidad, no lo pudimos hacer y fue muy duro hasta el final”, justificó Arce, quien se quedó conforme con el trabajo del juvenil Fernando Ovelar. “Me agradó mucho”, dijo.
En otro momento valoró los triunfos conseguidos tanto en el campo internacional como el local: “Cada vez más seguros, todos queriendo participar y ayudar para hacer cada uno su función dentro del equipo y eso nos va dejando cada vez más sólidos”.