Desde la localidad de Coronel Bogado, en el departamento de Itapúa, un pequeño productor demostró que con la aplicación de buenas prácticas, mediante el Programa de Agricultura Sustentable con Biotecnología, se puede generar alimentos para el autoconsumo y para renta.
Es el caso de Francisco Silva, compartido por la Unión de Gremios de la Producción (UGP), quien había comenzado a cooperar con el programa del Instituto de Biotecnología Agrícola (Inbio) desde el 2019, y hoy ya cuenta con una finca altamente diversificada.
“Es posible complementar la agricultura con la producción pecuaria, obteniendo alimentos y renta en ambos rubros. Con la integración productiva se optimiza la producción en las pequeñas fincas, y en mi caso trabajo con mandioca, maíz, soja, kumanda guyra ́i, sorgo, habilla y poroto manteca”, expresó.
Lea también: Baja de precios vuelve perjudicial el negocio ganadero, dice titular de la ARP
Se menciona que el pequeño agricultor actualmente trabaja con cultivos de mandioca, asociados con canavalia, una planta trepadora que cumple una doble función ya que evita que la maleza tome los cultivos, a más de aportar nutrientes al suelo.
Como parte de la rotación de cultivos, en esta misma parcela, el productor cultivó sorgo en la temporada de zafra, mientras que en parcelas aledañas trabajó con maíz zafra para luego sembrar soja zafriña, y con soja zafra para luego plantar maíz zafriña. Además cuenta con parcelas de kumanda guyra´i.
“Ahora nuestra tierra ya está blanda, es resistente a malezas e incluso las plagas no se procrean mucho. Esto es gracias al trabajo de los productores, que pueden rotar con todos los cultivos de su preferencia”, agregó.
El productor explicó que los distintos cultivos también sirven para reducir la dependencia, por consiguiente, los gastos en materia de balanceados para el ganado y animales menores, en el uso de menos fertilizantes.
Puede interesarle: Logró convertirse en desarrolladora y cumple sueño de ayudar a su familia
“Del sorgo hice alimentos para ganados, lechera, desmonte, novillo, y también sobró para la venta, aunque ya no vendo todo como lo hacía antes”, dijo. Esto, ya que ahora conserva un 25 % o 30 % de la producción para procesarla y preparar balanceado para sus animales, y el 70 % restante lo vende para tener capital y seguir invirtiendo.
En este punto, Silva remarcó que quienes trabajan en el campo pueden destinar su producción como alimento y abaratar costos. “Los aliento a que apliquen buenas prácticas, porque se puede ver los resultados. Además, necesitamos tener autonomía y nuestras propias herramientas para salir adelante”, acotó.