POR MARTÍN VILLAGRA
Periodista
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Coraje, valentía y mucho huevo, hasta mermado con diez hombres por la expulsión de Sergio Otálvaro. Así y todo, Olimpia se plantó ante la adversidad, lo dio vuelta, torció una historia increíble y pudo coronarse campeón del fútbol paraguayo para sumar el título 45 a su cargado palmarés. Fue una final a todo dar, con dramatismo y momentos cambiantes. A la hora de la verdad, al viejo decano no le temblaron las piernas y se agrandó para quedarse con un partido que lo tenía perdido, que comenzó muy favorable a Guaraní. Más que espectacular cierre de año para los franjeados, donde la resistencia hacia el entrenador Néstor Gorosito comienza a cambiar de rumbo positivamente.
Olimpia comenzó con su juego vertical, saltando líneas, poniendo a trabajar a Alejandro Silva, Jorge Recalde y Roque Santa Cruz en ofensiva. Guaraní, con mejor trato de balón y más veloz, retrucó con Bautista Merlini, Nicolás Maná y el lateral Villalba, siempre acompañados por el “Tanque” Raúl Bobadilla.
Un remate es desviado en la mano abierta de Rodrigo Rojas, fue penal para Guaraní, que Javier Báez desperdició con remate malo y esquinado. Lo intimidó el atajapenales Alfredo Aguilar. Nicolás Maná puso arriba a Guaraní con un remate antes de caer tras gran pase de Raúl Bobadilla. Bonito gol.
En los siguientes minutos de esplendor, Javier Báez se tomó la revancha y conectaba un córner de Cecilio Domínguez, peinado por Villalba ¿Quién podía imaginar que con el 2-0 cambiarían las cosas? Olimpia es Olimpia, por algo es grande, nunca hay que darlo por vencido. Salió a buscarlo decididamente en el segundo tiempo. A presionar, a jugarse hasta que llegó el descuento por intermedio de Jorge Recalde, quien habilitado remató tras una serie de vacilaciones en la defensa aurinegra. Javier Báez, el hombre de los penales en filas de Guaraní, otra vez estuvo en el centro de una acción clave, corroborada por el VAR. Un remate se desvió en su brazo en posición antinatural y Alejandro Silva, desde los doce pasos, puso la igualdad para que el Franjeado siga creyendo que podía.
Tras la expulsión de Otálvaro, Guaraní quiso insinuarse, aunque no hizo pesar el hombre demás en la cancha, pues solo tuvo un par de situaciones para volver a adelantarse. En la tanda de penales, Alfredo Aguilar aportó lo suyo y desvió el remate de Miguel Benítez. La explosión de júbilo olimpista se dio con el último penal rematado al travesaño de Raúl Bobadilla. Silva, Polenta, Torres, Ortiz y Ojeda fueron efectivos para canjear sus tiros por gol. Domingo remató al travesaño. Salud, Olimpia campeón, grito de desahogo, como gran premio por ser capaz de sortear tantas adversidades y lograr el objetivo con el mejor cierre de año.
REACCIONES
“Es un mercado que seguirá creciendo”
“La verdad que fue un duro partido, donde se nos expulsó a Sergio. Gracias a todos. En una final hay que dejar el alma. Agradezco a Dios, mi señora, mis hijos y a mis compañeros, sin ellos no podemos lograr nada. Esto es gracias al sacrificio. Tenía fe en los penales”, expresó Aguilar. “Somos tres arqueros y a quien le toca jugar le apoyamos. Es como si fuera que yo tapo ahí. Contento por conseguir un título con Olimpia”, aportó Daniel Azcona.
“Esperaba este gran momento”
“Estoy feliz, contento por el título. Fue un partido complicado, nos levantamos, entramos en el segundo tiempo y pudimos conseguir el empate. Esperaba terminar así, me propuse hacer una buena campaña con el club, a veces cometo errores sin querer como le dije a mi mamá. Me preparé para esto y esperaba este momento. En el gol le dije a Villalba que él me habilitó. Olimpia es campeón por sabe a lo que juega”.