Un año para el olvido viven los futbolistas del plantel de General Díaz, no sola­mente en lo futbolístico sino dirigencial y eco­nómicamente. El equipo descendió a la Intermedia porque tuvo un desorden que no concuerda con una institución de Primera.

La inestabilidad en el cuerpo técnico, la mala administración del pre­sidente Jorge González, que durante toda la tem­porada incumplió sus obli­gaciones con los jugadores, quienes se vieron obli­gados a recurrir a otros recursos para cubrir sus necesidades básicas de subsistencia. Algunos tuvieron que trabajar en construcciones, otros en ventas de comidas y otra actividad para llevar el sustento a su familia.

Ahora llega fin de año y los salarios de los futbolistas siguen ausentes. El presi­dente no muestra respon­sabilidad y menos sensi­bilidad. Algunos tienen 4 meses de sueldos caídos y las mesas de sus familias están sin pan y sin espe­ranzas de recibir sus res­pectivos dineros. Un año oscuro por una dirigencia nefasta para el fútbol en general.

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