POR MARTÍN VILLAGRA
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Más puntero que nunca, no hay con qué cortar la racha de Cerro Porteño, dueño del superclásico por la mínima diferencia. El marcador quizás resultó corto por falta de precisión y aprovechamiento en la puntada final.
Olimpia salió a ser frontal, pero sufrió al no tener la pelota durante gran parte del partido. El corazón y la fuerza no fueron suficientes para un mejor final.
Cerro Porteño monopolizó la pelota. Óscar Ruiz desperdició solo cerca del área, al rematar alto. A Claudio Aquino, distinto y desequilibrante, le anularon un gol, aporte del VAR tras mano previa de Enzo Giménez.
Fiel a su estilo, el Azulgrana apostó a la dinámica, traslado seguro de la pelota y desdoble constante. Con mucha fuerza por la derecha, con Enzo Giménez y Alberto Espínola, ambos lanzados y generando buena sociedad siempre.
Olimpia perdió a Roque para el segundo tiempo por lesión. Jorge Recalde peleó arriba, empujó Alan Benítez y se desprendió con todo Antolín Alcaraz para buscar el gol, que un par de veces impidió el arquero Miguel Martínez.
Era justo, y cerca del final se hizo la diferencia. El DT del Ciclón apostó por gente fresca, joven y veloz. Robert Morales entró y marcó tras gran pase de Ángel Cardozo, en la acción que inició Alberto Espínola. La estadística y la historia recuerdan a los ganadores. Es para anotarlo que Cerro se quedó con el clásico, jugando mejor y amplió diferencias en la punta. Más que merecido.