La muerte súbita del futbolista Édgar Aranda (34 años) sorprendió. Campeón con Guaraní en el 2016, jugó semifinales de la Libertadores en el 2015, pasó por Independiente de Campo Grande y el lunes falleció de un infarto. Había intentado fichar por Deportivo Capiatá, pero le detectaron un problema del corazón hace un tiempo.
Tras su paso por Independiente de Campo Grande, fue a Capiatá y se comprobó que no estaba bien. Se detectó que tenía un problema en el corazón, que ya era signo de alarma.
Uno de los médicos del Deportivo Capiatá le había sugerido en el 2018 dejar el fútbol.
Fue a jugar a un equipo de Paraguarí, donde salió campeón del torneo local y jugó la Copa Paraguay.
El doctor Héctor Fleitas, médico del equipo capiateño, habló con varios medios: “Le hicimos todos los estudios, electrocardiograma, ecocardiograma y habíamos notado un problema del corazón. Tenía el corazón dilatado (o hinchado)”, comentó. Conoció ese inconveniente y prefirió guardárselo. El lunes en horas de la tarde jugó con algunos chicos de su zona un partido de fútbol. Sintió algunas molestias en el pecho y cayó fulminado. El infarto del miocardio fue terrible y no se pudo recuperar.