Ganar en casa es una obligación en una competencia internacional, pero sino se puede, dejar el arco invencible es un buen negocio, así lo entiende Sol América, que anoche no tuvo claridad y fuerza en ataque y empató sin goles ante Universidad Católica de Chile.
El partido fue intenso, porque los dos equipos propusieron fútbol a gran velocidad y buen manejo del balón, pero no pudieron romper la última línea con claridad como para convertir y las pocas veces que lo hicieron respondieron los porteros, especialmente Rubén Escobar, quien tuvo más trabajo, con un par de intervenciones que salvó a su equipo. La ofensiva del danzarín estuvo muy absorbida por la marca, especialmente Pita; Esparza aportó muy poco y Matías Pardo tampoco estuvo lúcido, entonces las opciones eran los volantes, pero no aparecieron en línea de definición.
La U. Católica tuvo mayor posesión y acercó cierto peligro, mas no pudo vulnerar la defensa pasa sacar ventaja de su dominio por momento. Ahora, toda la carga queda para el jueves 5 de noviembre, en el juego de vuelta, para conocer al vencedor del emparejamiento que deberá enfrentar al ganador de Atlético Nacional colombiano y River Plate uruguayo.