POR ÓSCAR GÓMEZ
Periodista
(oscar.gomez@gruponacion.com.py)
Definitivamente no hay con qué darle al Cerro Porteño de Francisco Arce. Consiguió su décimo triunfo consecutivo para acercarse cada vez más al título y dio nuevamente una demostración de carácter, no desesperándose y remontando un resultado como ya lo había hecho ante Guaireña, un par de fechas atrás.
Luego de un primer tiempo dentro de todo parejo en cuanto a generación de situaciones, pero a favor de Cerro en el manejo de la pelota, en el segundo llegaron los golpes que abrieron el partido.
Ante la ausencia de Diego Churín, “Chiqui” armó un once sin referente de área, o al menos sin un centrodelantero ocupando la referencia en ataque, y Óscar Ruiz fue el encargado de cumplir esa función.
Salvo una pelota que encontró cerrando sobre el segundo caño en un tiro de esquina, fue quizá uno de los partidos más intrascendentes de Ruiz, acostumbrado a ser importante, por la función que le fue encomendada, ya que nunca se lo vio cómodo.
Con el ingreso de Ronaldo Martínez, “Chiqui” encontró al hombre que necesitaba en el área del rival. Minutos después de su ingreso llegó el empate de Claudio Aquino (anteriormente, había adelantado Álvaro Campuzano al local) y después los contragolpes fueron finalizados por el delantero que tuvo su noche soñada y se “redimió” del bajo rendimiento ante Guaireña.
Tras recibir el empate, General Díaz salió a buscar desesperado de vuelta el gol que desequilibre el partido a su favor, pero quedó expuesto al contragolpe de los rápidos de Cerro: Claudio Aquino, Josué Colmán, Enzo Giménez, entre otros.
El segundo y el tercero llegaron por esta vía y ratificaron el gran momento de Cerro Porteño, al que le vino bien la pausa por la pandemia, ganó todo lo que jugó desde la vuelta y está a nada de cortar la seguidilla de títulos de su archirrival.