POR ÓSCAR GÓMEZ
Periodista
(oscar.gomez@gruponacion.com.py)
Cerro Porteño cortó una racha de dos años sin ganar superclásicos y, salvo una catástrofe en la recta final, cortará también la seguidilla de cuatro títulos ganados por su tradicional rival en el último par de temporadas. Con siete puntos de ventaja a falta de quince por disputarse, parece imposible que alguien alcance al equipo que hizo honor a su apodo desde la vuelta del fútbol: fue y sigue siendo un Ciclón.
Una situación impensada en el reinicio del campeonato, cuando el Azulgrana se encontraba en la mitad de la tabla y a 7 puntos de distancia del líder. Una remontada que si bien es cierto tiene varios responsables y pilares dentro del equipo, tiene un hacedor mayor: Francisco Arce, el único que podía darle rumbo a un equipo que parecía perdido y así lo está haciendo.
El entrenador encontró el punto durante el parate y armó un once que hoy sale de memoria, tiene poder en ataque, equilibrio, pero que sobre todo encontró lo más importante: solidez defensiva.
Una vez más logró “cerrar” el arco y los dos centrales, Juan Patiño y Alexis Duarte, borraron del mapa a Derlis González y Roque Santa Cruz.
En el primer tiempo, Olimpia tuvo mejor movimiento de balón, pero las situaciones más claras fueron del local. El equipo de Garnero no fue a presionar la salida de Cerro, para evitar las corridas de Enzo Giménez y Claudio Aquino.
Pero el excesivo cuidado defensivo del Decano conspiró contra la producción de ataque. En todo el partido, el Franjeado no pudo sacar un solo remate con dirección al arco del “Popi” Muñoz. Y el funcionamiento defensivo lejos estuvo de aparecer. Inclusive, concedió un penal, que Diego Churín desperdició enviando sobre el horizontal.
Ya en la complementaria, Cerro pudo dominar. Fue el dueño de todo el segundo tiempo, desde el manejo de la pelota y las ocasiones de gol, hasta que encontró el tanto que desequilibró el partido.
La desesperación y la incapacidad de generar causó en Olimpia la expulsión de Tabaré Viudez.
Los minutos finales tuvieron a un equipo visitante buscando de cualquier manera el empate, descuidándose completamente atrás, lo que desencadenó en el segundo tanto de Cerro.