Una de las revelaciones destacadas en el retorno del fútbol paraguayo no es ni de Olimpia ni de Cerro, sino de River Plate. Él es Ramón Sosa Acosta, jugador de Tembetary, en préstamo hasta diciembre en el Kelito.
Su velocidad, buen dominio del balón y juego colectivo, lo convierte en una pieza fundamental en el engranaje de equipo que dirige Celso Ayala.
El habilidoso jugador de 20 años es oriundo de Maracaná, del departamento de Canindeyú, a 260 km al noreste de Asunción.
Su condición humilde, hijo de agricultores, lo convierte en un carismático fuera de la cancha. Prefiere el guaraní para expresarse con fluidez, aunque el español igualmente maneja muy bien.
“Mi pase es de Tembetary, estoy a préstamo por un año en River Plate”, explicó Ramón Sosa a “Futgol” de Universo 970 AM.
Es un entregado al trabajo tanto en el campo de la agricultura sembrando alimento o en las prácticas diarias dando lo mejor de sí para divertirse en la cancha y crear zozobras en los defensores rivales.
“Mi familia es de la campaña. Todos trabajan en la chacra, cultivando maíz, mandioca y tengo el sueño de poder ganar mi platita”, confiesa y cuenta que se maneja bien en las dos bandas del ataque.
“La verdad me gusta mucho jugar por ambos lados, ya sea por derecha o por izquierda”, asegura.
En colectivo
Hasta el momento vive en un complejo y se manejaba en colectivo para irse a las prácticas y los partidos, pero, por ahora por la pandemia se refugia en algún compañero solidario para llegar al club.
“Yo vivo en el complejo Salvador Cabañas. No tengo todavía auto y antes me iba en colectivo o sino los compañeros me buscan para ir a practicar”, cuenta Sosa, al tiempo de comentar que no tiene problema de aportar para el combustible.
Sosa igualmente destacó la exigencia del entrenador Ayala en los trabajos y valoró los consejos de los más experimentados. “Entre los compañeros el que más me habla es Marcos Prieto”.
Sus compañeros lo elogian al igual que su empresario, quienes aseguran que muy pronto tomará el vuelo para seguir su carrera en el exterior, por la calidad y personalidad que tiene para encarar la vida y ser gran profesional.