- POR LUIS IRALA
En México 86, la selección paraguaya regresó a la élite del fútbol mundial luego de 28 largos años de frustrados intentos de asistir a un torneo ecuménico. Antes del Azteca La Albirroja había participado por última vez de un mundial, en Suecia, 1958.
El proceso que llevaría a la Albirroja al Mundial “charro” del 86, arrancó en enero de 1985, con la puesta en funciones del cuerpo técnico liderado por Cayetano Ré. El objetivo era lograr el pase directo al Mundial, aunque para que ello ocurriera se debería superar a Brasil. Como segunda opción figuraba la clasificación al repechaje que se jugaría entre todos los combinados que terminaban en la segunda ubicación y de ese torneo saldría una selección con los boletos para México.
Paraguay quedaría segundo por detrás de Brasil en su grupo del selectivo y en el repechaje superó primero a Colombia y luego a Chile para inscribir su nombre en la cita ecuménica mexicana.
EL DEBUT
Así en medio de una gran expectativa de la afición local se llegó al partido de estreno. El seleccionado de Irak era el rival de los albirrojos, aquel histórico 4 de junio. Tras un comienzo inseguro, Romerito marcó el gol inaugural a los 36 minutos y el seleccionado guaraní conseguía los primeros dos puntos del torneo.
Luego de pasar el debut, Paraguay emprendió con más confianza la segunda presentación, frente a México, el sábado 7 de junio. El gol tempranero de los locales, por intermedio de Flores a los 2 minutos no hizo mella en el ánimo guaraní, que se recuperó pronto del traspié y se fue adelante en busca de la igualdad. Faltando cinco minutos y en pleno dominio albirrojo vino el empate de Romerito, con golpe de cabeza, aprovechando un centro desde la derecha de Adolfino Cañete.
La máxima emoción del encuentro se produjo a los 44 minutos, cuando el árbitro inglés George Courtney cobró un penal para los mexicanos, tras dudosa infracción de Wladimiro Schettina sobre Hugo Sánchez. El penal lo ejecutó el mismo Sánchez, quien en aquel entonces era el máximo ídolo del Real Madrid y un penalero infalible. Sin embargo, el arquero Roberto Fernández silenció el inmenso estadio Azteca desviando el remate. Con la gran atajada del “Gato” se selló el empate de 1-1.
En el tercer y último partido del grupo B, el adversario era Bélgica, que conservaba la base que cumpliera destacado papel en el Mundial pasado, en España 82. Con dos goles de Roberto Cabañas, la Albirroja consiguió otro empate, 2-2, y la segunda posición en el grupo quedó asegurada y el rival en la etapa de octavos de final era nada menos que Inglaterra.
UN HECHO GRAVE
Antes del partido contra los ingleses ocurrió un hecho grave dentro de la delegación compatriota cuando se revelaron los volantes Rolando Marciano Chilavert y Eufemio Raúl Cabral. El presidente Jesús Manuel Pallares declaró desde México que ambos jugadores pidieron volver a Paraguay por no estar de acuerdo con la distribución de los premios obtenidos por la clasificación a la fase de octavos.
Sin embargo, Estanislao Domínguez, el popular “Taní”, entonces presidente de la comisión de selección y hombre fuerte del entorno de Pallarés, explicó que los dos jugadores se disgustaron por no tener cabida en el equipo base. El directivo también dijo que no se les puede obligar a quedarse en México y los dos jugadores regresaron al país antes de la conclusión de la participación paraguaya.
El miércoles 18 de junio, en la fase de octavos de final, Inglaterra nos despidió del Mundial con un contundente 3-0, pero quedaba la sensación de que Paraguay había tenido una buena actuación a lo largo de todo el torneo.
POLÉMICAS
Otro hecho que creó polémicas y comentarios de todo tipo fueron los regresos apresurados de Roberto Cabañas y Roberto Fernández, quienes apenas terminado el partido ante los ingleses consiguieron pasajes en LAP y emprendieron el retorno fuera del plantel, que volvió unos días después de México. De esa manera llegó a su final uno de los mayores logros para el fútbol paraguayo, comandados por el inolvidable Cayetano Ré. Aquel equipo del 86 volvió a poner a la Albirroja en la cima del fútbol mundial, luego de pasar por 28 años de sufrimientos.
GIRA INVICTA
La Albirroja disputó en total 10 amistosos antes de su participación mundialista, terminando invicto, logrando seis triunfos y cuatro empates. El equipo marcó 19 goles, promediando casi dos tantos por partido y el arco albirrojo fue vencido en 8 ocasiones. Los mayores inconvenientes en la etapa premundialista fueron las lesiones de los olimpistas Rogelio Delgado y Adriano Samaniego, que mantuvieron en vilo a la afición compatriota. El primero llegó, mientras que el segundo no por una doble fractura de tibia y peroné.