Berlín, Alemania. AFP.
Lo que está en juego es inmenso y supera ampliamente el plano deportivo: el campeonato de Alemania, primera competición importante de fútbol en reanudarse, el sábado, debe probar al mundo entero que el deporte profesional puede vivir con el coronavirus. Pero las incertidumbres son muchas y las certezas pocas.
A las 9:30, el inicio de los cinco primeros partidos de esta nueva era de la historia del fútbol será dado simultáneamente en los cinco estadios vacíos.
Muchos países, incluido Italia, España e Inglaterra, las otras tres grandes potencias que se plantean reanudar las ligas, seguirán con esperanza y aprehensión la experiencia alemana. Un fracaso hipotecaría fuertemente sus propias posibilidades de convencer a sus gobiernos de dar luz verde.
El partido más atractivo de esta 26ª jornada opondrá al Borussia Dortmund, segundo de la clasificación, a su vecino Schalke, en el muy prestigioso “derbi del Ruhr”, a puerta cerrada por primera vez en la historia.
El líder Bayern Múnich y sus estrellas entrarán en pista el domingo en Berlín, en el campo del Unión.
Será un regalo para los hinchas de todo el mundo ávidos de fútbol.
“Si la Bundesliga es el único campeonato retransmitido en la tele en el mundo, supongo que vamos a contar los telespectadores por miles de millones”, se entusiasma el presidente del Bayern Múnich, Karl- Heinz Rummenigge, que ve una formidable operación de promoción.
ALGUNAS LIMITACIONES
Solamente habrá hasta 300 personas en las gradas, bien separadas por sector. La llegada de los equipos será en varios autobuses. Todos deben portar máscaras. No se podrán estrechar la mano, tampoco podrán hacer las celebraciones de gol efusivas. En los banquillos, cuerpo técnico y suplentes llevarán mascarillas. Habrá prueba masiva para jugadores y técnicos, dos veces por semana como mínimo y la víspera de cada partido. Los jugadores deberán someterse prácticamente a una cuarentena, sin contacto con sus vecinos y sin recibir visitas.