• Por Luis Irala, periodista

Fue una tarde atípica. Aquel 23 de abril del 2002, Olimpia enfrentaba al Cobreloa en Calama, arrancando la fase de octavos de la Libertadores, instancia a la que accedió luego de haber ganado brillantemente el grupo 8, considerado el “de la muerte” en esa temporada.

El primer tiempo en el estadio Municipal de Calama terminó sin mayores inconvenientes, con el empate de 1-1. Mauricio Dinamarca había puesto en ventaja a los locales, sobre los 10 minutos y a los 12’ empataría el zaguero central franjeado Nelson Zelaya, de cabeza, tras un córner y aprovechando el error del arquero Claudio Mele.

El juez argentino Ángel Sánchez dio el pitazo anunciando la terminación de la primera etapa y rumbo a los vestuarios recibió un monedazo, tirado desde las gradas, en la sien derecha y quedó inconsciente. El susto fue mayúsculo. Sánchez fue levantado por sus asistentes, Daniel Giménez y Claudio Rossi, y tras recibir los primeros auxilios en el mismo estadio y fue trasladado a un hospital de Calama.

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