- POR ÓSCAR GÓMEZ
- Periodista
- oscar.gomez@gruponacion.com.py
Esta vez no hubo lugar para el suspenso, la duda ni el bicampeonato. Libertad fue amo y señor de la final de la Copa Paraguay y gracias al “Demonio” Bareiro y “Maravilla” Martínez, quienes hicieron honor a sus respectivos apodos, se quedó con el trofeo nada más y nada menos que ante su tradicional rival.
Guaraní quedó expuesto y muy lejos de defender el título conseguido el año pasado, ya que fue superado durante todo el primer tiempo y cuando intentó despertar, volvió a recibir el golpe de Martínez. Luego fue para el frente, pero ya fue tarde. Un grosero error en la defensa “regaló” el tercero a Bareiro, quien independientemente a la manera en la que consiguió el gol, a esa altura del partido ya lo merecía largamente.
El equipo de Chamot basó su superioridad en los desbordes del “Demonio”. Todos los ataques gumarelos se gestaron sobre la derecha. Por su parte, el Aborigen nunca estuvo cómodo en el campo. Por momentos intentó con la pelota a ras del césped, pero cuando se dio cuenta de que era complicado, intentó por arriba, pero la soledad de José Ortigoza facilitó el trabajo de Da Silva y Viera, los centrales gumarelos.
Los minutos finales fueron de Guaraní buscando el gol de honor y Libertad desperdiciando contragolpes aguardando solo el silbatazo final.
El Gumarelo inscribe su nombre entre los campeones de la Copa Paraguay; galería que por ahora solo la comparte con el Aborigen, que buscaba el bicampeonato invicto así como 112 años atrás, pero esta vez no pudo ser.