Son solamente dos las categorías que separan a Olimpia y al Sportivo Limpeño dentro del fútbol paraguayo, pero las diferencias físicas son gigantes. Ese fue el factor principal de la goleada del Decano ayer en su estreno en la Copa Paraguay, algo que estaba en los planes y que en una noche efectiva de los de Daniel Garnero hubiese sido mucho más abultado de la que terminó siendo.

Desde lo futbolístico, lo propuesto por el equipo de Limpio fue interesante. Una línea de cuatro en zona defensiva y una de cinco en el medio para poblarle la mediacancha al rival e intentar cortarle el circuito de juego, pese a que no se salvó de correr el doble, ya que el casi mecanizado movimiento de balón de Olimpia suele cansar hasta al equipo de Primera mejor preparado.

Veintitrés minutos fue lo que aguantó Limpeño. Durante ese lapso hasta pudo sacar dos contragolpes que por falta de piernas no acabó mejor. Los dos primeros goles del Decano, a los 23’ y 24’, fueron duros golpes para el equipo albirrojo, que ni aun así se desordenó ni abandonó la idea que tuvo desde el arranque.

Ese orden defensivo de Limpeño impidió también que en los últimos 15 metros del campo Olimpia encuentre fluidez. Montenegro y Ortega se movían buscando los espacios, pero los balones nunca llegaban limpios.

Los últimos 15 minutos del primer tiempo fueron de puro aguante para los albirrojos, que cuando recuperaban la pelota en zona defensiva ya no sacaban contragolpes porque su única referencia de ataque, Marcelo Sánchez, estaba visiblemente extenuado.

Y ratificó que la máxima diferencia fue física, porque tras el descanso del entretiempo donde pudo tomar un segundo aire, Limpeño se animó y tuvo un par de ocasiones de real peligro que ameritaron la aparición de Azcona.

Lógicamente, Olimpia acabó más entero y encontró dos goles más, dejando en el camino varios otros y algunos errados de manera increíble. El Franjeado dio su primer paso en la Copa Paraguay. Ahora lo espera Colegiales.

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