Luego de tomar amplio protagonismo en la fase de grupos y los partidos de cuartos de final, el VAR brilló por su ausencia en la primera semifinal de la Copa América entre Argentina y Brasil, y los argentinos no encontraron mejor motivo para descargar sus penas por la eliminación de su selección.

Hay dos jugadas puntuales que todos en Argentina reclaman que obligaban una revisión, pero que el juez del partido Roddy Zambrano prefirió no hacerlo: un penal por falta de Dani Alves sobre Agüero en la concepción de la jugada que acaba en el segundo gol de Brasil y otro claro penal de Arthur sobre Otamendi cuando el juego ya estaba 2-0. Apenas finalizado el encuentro, Lionel Messi y varios jugadores albicelestes tirotearon con fuertes palabras al arbitraje.

Medios argentinos aseguraron que, tras filtraciones de audios, el juez central recibió el llamado del VAR, encabezado por el uruguayo Leodán González, para revisar la jugada de Alves con Agüero, pero Zambrano desestimó el aviso de sus colegas y dejó seguir el partido.

Ayer, a través de una nota de seis páginas y con palabras de peso, donde pone en duda la “ética, lealtad y transparencia” de la Conmebol, el presidente de la AFA, Claudio Tapia, realizó su descargo por lo ocurrido con el arbitraje y culpó directamente a todos los jueces del encuentro, pero en especial a Zambrano, además a Héctor Baldassi, ex árbitro argentino, integrante de la Comisión de Árbitros de la Confederación, y a Wilson Seneme, presidente de dicha comisión.

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