- POR IRENEO ACOSTA
- Periodista
- ireneo.acosta@gruponacion.com.py
Cerro Porteño logró una victoria que lo lleva en forma solitaria a la punta del grupo tras batir al Nacional charrúa por una mínima diferencia.
El solitario gol de Víctor Cáceres al promediar el primer tiempo sirvió para mantener la racha de triunfos en la Libertadores, dando un paso clave para llegar a la siguiente fase de la competencia.
Hasta ahí todo bien. El equipo cometió varios errores ante un rival que no apretó el acelerador, sin inquietar en gran parte del partido.
Con relación al torneo local, Jubero hizo cambios que no marcaron diferencia. Con Escobar de lateral derecho, los centrales Cáceres y Amorebieta, más Arzamendia, trataron de frenar algunas esporádicas llegadas de Ramírez y Bergessio, además del acompañamiento de Rodrigo Muñoz.
Algunas fallas entre Aguilar y “Topo” Cáceres; sin la brillantez de Carrizo y Ruiz, pocos balones llegaron a Larrivey y Haedo.
Aun así, Cerro, con el apoyo de su gente y pelota quieta, rompió la barrera. Centro, peinada de Haedo y apareció “Topo” para batir la valla rival por única vez.
Se lesionó Arzamendia e ingresó Acosta. Mejoró la marca, pero no hubo proyección.
En la complementaria, Cerro buscó en forma desordenada aumentar el marcador y no encontró el camino. En algunos se notó el cansancio. Entró Villasanti y le dio velocidad al medio, pero faltó acompañamiento. Nacional tampoco atacó como para buscar el empate. Cerro se metió atrás, cedió terreno y Muñoz pasó algunos sofocones, que felizmente no terminaron en goles.
Lo que vale es ganar en Copa, sin importar si se juega bien o no. Los tres puntos sirven mandar en la punta del grupo y acariciar la clasificación. De fútbol quedó en deuda.