- POR CHRISTIAN PÉREZ
- Periodista
- christian.perez@gruponacion.com.py
Con firme convicción y demasiada suficiencia, así ganó Cerro, que terminó perdonándole a un pobre Santaní, equipo que justifica plenamente su estadía en el fondo de la tabla.
Aunque fue una formación mixta, aparentemente los jugadores comienzan a absorber la idea del “Míster” Jubero, que poco a poco va impregnando su sello en un Cerro que hasta hace un par de fechas era bastante cuestionado.
El 3-1 no fue suficiente para la superioridad que marcó el Azulgrana y las ocasiones reales de gol que ha generado.
Con un 4-4-2 bastante flexible, por los desdobles del chico Alan Benítez y Hernán Novick, el Ciclón le pasó por encima al tímido y exageradamente cauto Santaní, que se paró todo el partido con un 4-1-4-1, con Fidencio tratando de ayudar a la zaga y un solitario y abandonado punta, que primero fue Beltrán y luego Toledo.
El manejo y traslado de Villasanti, la tarea táctica estratégica de Palau, las chispas de Novick, más las subidas del “Beto” Espínola fueron más que suficientes. Y eso que ni Churín, ni Benítez, autor de un gol, estuvieron finos y decisivos.
La primera etapa terminó 2-1, un resultado muy mentiroso para lo que fue el trámite. Santaní tuvo la virtud de la efectividad, porque en la primera llegada clara, ya festejó.
En la complementaria, Cerro liquidó rápido con el 3-1, anotado por la gran figura, Alberto Espínola. El ex General Díaz hizo todo bien y se ganó puntos en la libreta del “Míster”.
Santaní tuvo algo de vergüenza. Si bien no cambió su esquema poco ambicioso, tuvo más ímpetu y creó zozobra, más con atropelladas que otra cosa. Cerro se cansó de malograr. Larrivey está divorciado con el festejo y Ruiz desperdició casi todo, como siempre.
Cerro parece que comienza a convencer y se vuelve a poner el rótulo de candidato, aunque el defecto de perdonavidas no será desaprovechado por todos los rivales. Vuelve a pelear el torneo y llega muy motivado al duelo copero del miércoles.