- POR ÓSCAR GÓMEZ
- Periodista
- oscar.gomez@gruponacion.com.py
Para un equipo como Olimpia, que practica un fútbol rápido, de toques y generación de espacios para golpear, abrir el marcador antes de los 5 minutos es una de las mejores cosas que le puede pasar, ya que eso significa más espacios y más tranquilidad en el manejo del juego. Pero no todo fue color de rosa para el Decano tras el tanto de Richard Ortiz, cuando apenas iban tres minutos del primer tiempo.
La ausencia de Sergio Otálvaro es algo que le duele y mucho a Olimpia, porque es una parte demasiada importante en la construcción del juego. Rolón cubrió esa posición, pero por más que lo intentó, ni cerca estuvo de ser la pieza que es Otálvaro en el equipo; entonces, al no encontrar un cómplice ideal en ese sector, el rendimiento de Ale Silva también se vio diezmado.
Orteman dispuso un 4-3-3, compacto cuando le tocaba defender y explotando los costados cuando le tocaba atacar. Y si bien es cierto que el dominio fue exclusivo de Olimpia, cuando San Lorenzo lograba mover la pelota conseguía llegar con cierto peligro.
Y fueron los últimos 20 minutos del primer tiempo y los primeros 15 del segundo, los mejores para el Rayadito. Obligó a cometer errores al rival y hasta desperdició un par de oportunidades claras.
Pero en su propio arco, San Lorenzo sufría. La sucesión de toques del Decano para llegar hasta el arco de Quiñónez parecían interminables y los goles desperdiciados eran increíbles.
Hasta que Tabaré Viudez, ya cerca del final, encontró el espacio para rematar y puso la pelota en una esquina para darle al Decano una victoria inobjetable, por su dominio, pero ajustada, por una gran propuesta del rival que por momentos lo complicó.