En medio de la crisis, Luqueño se presenta hoy a disputar su compromiso frente a Capiatá. La semana fue bastante complicada para la institución que a más de su lucha por la permanencia, sufrió atracos, amenazas y a última hora como un golpe de gracia, recibió la sanción del Tribunal Disciplinario que dispone que sus dos próximos partidos juegue sin la presencia de su público. La sanción obedece a los destrozos que protagonizaron los integrantes de la barra organizada en cancha de General Díaz.
La medida disciplinaria cayó muy mal en la institución que de inmediato solicitó nota mediante que la APF revoque la sanción o que en su defecto el partido se traslade al estadio Feliciano Cáceres. La misma no corre y el equipo tendrá que cumplir tal cual dispone el organismo punitivo.
Luqueño está en una situación complicada en el promedio y necesita más que nunca el aliento de sus seguidores, hecho que no es factible. No obstante, los aficionados se preparan para acudir masivamente hoy al estadio Ricardo Gregor para alentar al equipo desde la cercanía del estadio.
Ayer durante la última movilización, la hinchada realizó el tradicional banderazo para alentar a los jugadores quienes tienen la gran responsabilidad de que el equipo no pierda la categoría.
El partido es clave para los luqueños, pero también para los capiateños que se han frenado bastante y buscan rehabilitarse. El zaguero Robert Aldama está fuera por lesión y Gustavo Villamayor sería su reemplazante.