Una especie de “clásico”, pero muy devaluado, es el que sostendrán esta noche en la La Nueva Olla Cerro Porteño y Guaraní, desde las 18:40. El azulgrana solo pelea por alcanzar un pobre subcampeonato en un mano a mano con Nacional (ambos marchan con 38 unidades, distantes a 12 puntos del campeón Olimpia).
El azulgrana se ha mostrado prácticamente imbatible en La Nueva Olla, pues solo Libertad ha podido cantar victoria en Barrio Obrero. La buena racha de la segunda rueda no ha sido suficiente para borrar un inicio en falso de la primera etapa.
El capitán Rodrigo Rojas, con una tendinitis en el tobillo, es baja. En tanto, el central Juan Escobar quedó liberado por incorporarse a la selección de cara al próximo amistoso con Japón. En filas de Guaraní hay algunas movidas, con un equipo renovado, prácticamente nuevo a las órdenes del argentino Juan Manuel Azconzábal, quien dirigirá por primera vez. Guaraní se encuentra a 28 unidades del líder, hecho que evidencia una pobrísima campaña en el primer semestre.
SANTANÍ
Cerro Porteño visitará a Santaní el próximo sábado desde las 18:40. La venta de entradas comenzará mañana y la escala de precios es la siguiente: Preferencia: G. 80.000, Platea: G. 70.000 y Gradería Sur 30.000 y Visitante: 30.000.
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La estrategia de batalla aún sigue vigente
Este año se cumplen 40 años de una locura cinematográfica que desquició a todos los que participaron de ella y convirtió el set de rodaje en un infierno en la tierra. Apocalypse Now es uno de los clásicos modernos más alabados de la historia del cine y una de las películas emblemáticas de su director, Francis Ford Coppola.
Texto: Luis Ríos
@nosoyunvampire
El primer plano de esa jungla vietnamita automáticamente nos transporta a un calor húmedo excesivamente pesado, al cual los paraguayos estamos acostumbrados. Capaz ya estamos en el apocalipsis y nadie nos avisó.
El helicóptero de refilón y la apoteósica destrucción. Todo narrado con la voz rendida de un amigo cercano del director: Jim Morrison y su The End, la canción que cerraba su primer disco 12 años atrás. Uno de los cuadros más hermosos en la historia del cine bélico.
Borracho, casi desnudo, volviéndose loco lentamente y llevando el Método al extremo —un hasta entonces desconocido– Martin Sheen realmente habita al personaje del Capitán Benjamin L. Willard. Mientras espera órdenes en una habitación de hotel de Saigón, se mueve como una serpiente alrededor de la habitación, realizando movimientos de karate. Finalmente se ve a sí mismo en un espejo, y repelido por la visión, rompe el cristal. Mientras su mano brota, se unta la sangre en la cara y el cuerpo.
Era el cumpleaños número 36 del actor, y en aquella escena, el director Francis Ford Coppola mantuvo la cámara en movimiento. “Me sorprendió, no podía soportarlo ", dijo Sheen al periódico The Guardian en 2001. La escena refleja la locura improvisada impulsada por el alcohol y las drogas, elementos que marcaron el arco narrativo de la película y el caos detrás de la producción misma. Así arrancaba Apocalypse Now, una película que se alzaría con dos premios Óscar y la Palma de Oro del Festival de Cannes de 1979.
Considerada una de las mejores películas de guerra de la historia, en agosto de este año se cumplió el 40 aniversario de su estreno. Es una de las películas más profundas y movilizadoras del cine en el siglo XX. Martin Sheen, Marlon Brando, Robert Duvall, Lawrence Fishburne, Dennis Hopper y Harrison Ford integraron el elenco.
La historia de esta película comenzó una década antes de su estreno original. En 1969, el guionista y director John Milius y un tal George Lucas le pidieron ayuda a Coppola para preparar un guion acerca del calvario estadounidense en Vietnam.
Coppola no tenía experiencia en el tema, pero sugirió utilizar la estructura de la novela de Joseph Conrad El corazón de las tinieblas (1899), sobre el viaje por un río africano de un marinero en busca de un misterioso traficante de marfil, como marco narrativo. Apocalypse Now cambió el África colonial por la jungla vietnamita, el marinero por un capitán del ejército estadounidense y el traficante por un coronel rebelde, en plena guerra de Vietnam.
Warner Brothers le ofreció a Milius 15 mil dólares por un primer borrador y en seis semanas, el guion estuvo escrito. Tiempo después, la Warner canceló —sin razones publicitadas— todos los proyectos que tenía con Coppola. El perjudicado entonces se propuso realizar el film de manera independiente. En 1975 comenzó a buscar inspiración para reescribir el guion en base a dos textos del periodista Michael Herr, que había cubierto la guerra desde el frente.
Steve McQueen, Al Pacino, James Caan, Jack Nicholson, Gene Hackman y Robert Redford rechazaron formar parte del elenco por cuestiones monetarias, incompatibilidad con otros compromisos previos o desazón ante la perspectiva de filmar en una exótica locación.
De hecho, el rodaje realizado en las Islas Filipinas estuvo lleno de complicaciones. Cuando Coppola la presentó en el Festival de Cine de Cannes comentó: “Ésta no es una película sobre la Guerra de Vietnam, esto es Vietnam”.
A pesar de su negativa inicial, Marlon Brando —quien de la mano de Coppola ya había inmortalizado a Vito Corleone en El Padrino y venía de interpretar a Jor-El en la primera Superman (que lanzó a la fama a Christopher Reeve un año antes)—, fue el único que firmó un contrato. Ahí nació la leyenda del loco coronel Kurtz.
La película se hizo ante un aluvión de contratiempos que —quien sabe— pudieron haberle dado el cariz a las actuaciones, al producto final y convertirla en leyenda. Y es que la tensión ronda en todo momento y conforme va avanzando la trama, el espectador se siente más sofocado.
Existen detalles que pasaron a ser parte de la cultura popular, como el pequeño discurso del Teniente Coronel William ‘Bill’ Kilgore (Robert Duvall) a un soldado y la famosa frase: “Amo el olor del Napalm en la mañana”. O los helicópteros del Noveno batallón de la Primera División de Caballería Aerotransportada bombardeando un poblado vietnamita, con la música Cabalgata de las valquirias de Richard Wagner de fondo, tal como los audiovisuales de la Luftwaffe, para instrucción de los cadetes.
Otra escena memorable es aquella en la que Willard es llevado ante Kurtz para ser interrogado, donde se produce una combinación de luz y sombras que ocultan parcialmente el rostro del coronel, simbolizando el lado bueno y el lado oscuro del corazón humano.
De hecho, la película trata en su trasfondo sobre los procesos mentales y morales que se producen en personas sometidas a condiciones adversas, y cómo estas condiciones afectan de manera diferente a cada uno de los personajes que aparecen, en función de su personalidad, sus actos y su conciencia.
La travesía por el río se convierte así en un descenso a los infiernos para los tripulantes de la lancha. Finalmente, Willard logra encontrar la guarida de Kurtz (la inscripción "Apocalypse Now", que da título a la película, puede verse cuando Willard llega al campamento de Kurtz, en una pared tras la multitud que lo recibe), que se comporta como un Buda despótico idolatrado por una tribu de la jungla. Willard es llevado preso, pero se gana la confianza de Kurtz y es puesto en libertad, siendo testigo de las últimas voluntades de un Coronel que (loco) mantiene la lógica en sus razonamientos.
Pasaron cuatro décadas, pero ahí están esos hombres y nombres rondando las cabezas de directores, productores y actores, exigiendo que su recuerdo sea utilizado casi como un manual de estilo para garantizar la victoria en batalla filmográfica.
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Clásico Cerro Porteño Vs Olimpia
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Cerro domina el historial, pero Olimpia ha sido superior últimamente
Se viene una nueva edición del superclásico, el evento más esperado en cada rueda del fútbol paraguayo. Los tradicionales rivales, Cerro Porteño y Olimpia, se verán una vez más las caras en Sajonia. El Ciclón domina el historial general, pero el Decano ha sido dominar últimamente.
Este domingo se reeditará una vieja rivalidad, que data de 1913, al menos en ese año se dio el primer duelo oficial entre Cerro Porteño y Olimpia. El superclásico número 300 será en el Defensores del Chaco, como tantas veces y este particular duelo en juegos por el torneo local, tiene al Azulgrana como dueño del historial.
De los 299 enfrentamientos hasta el momento, el Ciclón ha festejado en 106 oportunidades, se registraron 90 empates y el Decano ha logrado salir victorioso en 103 encuentros. Parejo, pero los de Barrio Obrero sacan pecho en esta particular estadística.
La ventaja de Cerro en números había sido abismal en un momentos, pero los últimos tiempos, Olimpia ha equiparado notablemente las estadísticas. Solamente tomando en cuenta los últimos diez encuentros, osea, dos años y medio de torneo, el Decano ha sacado diferencias. Desde el 2016, el Franjeado ha ganado 5 encuentros, hubo 2 empates y el Ciclón logró triunfar en 3 oportunidades.
En el último torneo, el Apertura 2018, los festejos fueron repartidos. En la primera rueda, Olimpia ganó con gol de Néstor Camacho, y en la revancha, Cerro salió victorioso con tanto de Juan Escobar.
Resumen de los últimos diez clásicos:
Apertura 2016
Cerro Poreño 1 – 0 Olimpia
Olimpia 2-1 Cerro Porteño
Clausura 2016
Cerro Porteño 1 – 1 Olimpia
Olimpia 4-2 Cerro Porteño
Apertura 2017
Cerro Porteño 2 - 1 Olimpia
Olimpia 2-0 Cerro Porteño
Clausura 2017
Cerro Porteño 1 – 1 Olimpia
Olimpia 2-1 Cerro Porteño
Apertura 2018
Olimpia 1 – 0 Cerro Porteño
Cerro Porteño 1 – 0 Olimpia
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En donde más duele: Un agresivo Cerro le rompió el invicto a Olimpia
Cerro Porteño festejó merecidamente en Sajonia. Fue mucho mejor en el global y con un soberbio testazo de Juan Escobar, le rompió el invicto a Olimpia, que venía de 16 partidos sin conocer la derrota. El Ciclón se refuerza con motivación para ir a buscar la clasificación copera en Montevideo.
La primera fracción del encuentro tuvo sus emociones a pesar de la falta de gol. Cerro Porteño fue mucho más, por momentos lo acorraló a Olimpia ganando todos los rebotes y en el mediocampo, Rojas y Palau se impusieron en fuerza a Sánchez y Ortiz.
Apenas al minuto de juego, Alfredo Aguilar ya se hacía protagonista, tapándole un gran remate a Jorge Rojas. Hasta los 10 minutos, el equipo de Zubeldía lo tuvo contra las cuerdas al Decano, con una presión asfixiante y aproximaciones constantes de peligro. Los extremos, Rojas y Fernández se mostraron participativos y apoyados constantemente por los laterales.
Olimpia, que estaba atado en todos lo sectores, fue saliendo de a poco del acorralamiento y pudo respirar más. Comenzó a hacerse sentir en ofensiva y estuvo a punto de marcar con un cabezazo de Néstor Camacho, que fue salvado milagrosamente por Raúl Cáceres.
A los 17′, Cerro volvió a rozar el primer gol. Tras un centro magnífico de Raúl Cáceres, Alfio Oviedo aplicó un testado, que caprichosamente pegó en el palo izquierdo franjeado, para luego salir afuera.
El Decano replicó con un cabezazo desviado del chico Fernando Cardozo, que se fue increíblemente desviado.
Sobre el final del primer tiempo, el Ciclón volvió a darle presión al acelerador y tuvo todo para llegar al primer tanto, pero la falta de efectividad ofensiva y un extraordinario Alfredo Aguilar, impidieron que se abra el marcador.
Diego Churín tuvo un cabezazo en la entrada del área chica, pero la pelota se fue sobre el travesaño y tras un penal tonto de Sergio Otálvaro, quien bajó el balón con el brazo, la suerte parecía sonreirle a Churín.
Pero no fue así, Alfredo Aguilar, con la tranquilidad que solo él tuvo, le aguantó hasta el último y le acalló el grito sagrado a Diego Churín desde los doce pasos.
En el inicio de la complementaria, Cerro comenzó igual de demoledor y apenas al minuto, Diego Churín, peleadísimo con el gol, estrelló un cabezazo en el travesaño de portería franjeada.
A partir del cuarto de hora de la segunda etapa, Olimpia comenzó a tomar posesión del partido y ese hecho fue gracias al ingreso de Wiliam Mendieta, quien acortó las líneas del equipo para jugar mejor colectivamente.
El partido entró por momentos en un desorden terrible, que le vino bien a Olimpia, ya que comenzó a ganar en las divididas y empujando le creó enormes problemas a Cerro, que tuvo que exhibir todo el potencial de sus zagueros, que mostraron sobriedad y personalidad, para sacarse de encima a hombres como Santa Cruz, Camacho y el propio Mendieta.
El trámite volvió a equilibrarse para Cerro, que salió del acoso decano y a los 82 minutos, tras un tiro libre perfecto de Rodrigo Rojas, el debutante, Juan Escobar, aplicó un terrible cabezazo que dejó inmóvil a Aguilar, para poner el 1-0.
La cosa era aguantar para el Ciclón y recurrió a un volante defensivo, sacrificando un atacante.
A pocos minutos del final, Dario Verón estuvo a centímetros del empate, pero un gran cabezazo suyo, terminó cerca del palo derecho de Antony Silva.
Con guapeza, viveza e inteligencia, Cerro se las arregló para no sufrir y terminar ganando un partido clave, que le da motivación extra para el partido copero ante Defensor Sporting. El Ciclón además se da el lujo de romperle el invicto a Olimpia, que venía de 16 partidos sin perder.
Detalles del juego
Estadio: Defensores del Chaco
Árbitro: Enrique Cáceres
Asistentes: Eduardo Cardozo y Juan Zorrilla
Cuarto árbitro: Éber Aquino.
Goles: 82′ Juan Escobar (CP)
Amonestados: Churín, Rodrigo Rojas, Rorge Rojas (CP); Camacho, Ortiz, Díaz (O)
Incidencia: 43′ Alfredo Aguilar le tapó un penal a Diego Churín.
Alineaciones:
Cerro Porteño: Antony Silva; Raúl Cáceres, Marcos Cáceres, Juan Escobar y Santiago Arzamendia; Jorge Rojas(75′ Julio Irrazábal), Marcelo Palau, Rodrigo Rojas y Kevin Fernández (60′ Hernán Novick); Alfio Oviedo (85′ Juan Aguilar) y Diego Churín.
Olimpia: Alfredo Aguilar; Sergio Otálvaro, José Leguizamón, Darío Verón y Farid Díaz; Fernando Cardozo (61′ William Mendieta), Richard Sánchez (85' Brian Montenegro), Richard Ortiz y Hugo Fernández; Néstor Camacho; Roque Santa Cruz (78′ Jorge Ortega).