- Por Christian Pérez
El resultado (3-0) es la diferencia real que existe entre un equipo y otro. Libertad está años luz de Luqueño en todo sentido y ayer lo tradujo en el campo de juego, donde se dejaron ver las enormes diferencias de plantel, de jerarquía y ni qué decir de ambición; uno está a un triunfo de su título 20 y el otro está a 11 puntos del descenso.
El Auriazul amagó de entrada con una jugada desperdiciada hasta de manera ridícula por Juan Núñez y luego dio pena casi ochenta minutos. Es cierto, en el primer tiempo tuvo quizás en mayor porcentaje la pelota, pero no sabía qué hacer con ella y terminaba regalando siempre ante un Gumarelo que ni se inmutó ante la gran presión que cargaba encima. A los 11', Jesús Medina apareció repentinamente como un "9" y puso paños fríos a los nervios, que principalmente se notaban en las gradas.
El equipo de Jubero no tomó riegos grandes y por eso no dañó mucho más de lo que hizo. Esperó al rival y como ante Olimpia, lo obligó a equivocarse solo para luego liquidarlo. Zeballos fue el conductor del local, pero no encontró ni un solo jugador con quien asociarse. De tan frustrado que estaba, cayó en depresión y sin pelota fue uno menos en todo el segundo tiempo.
El "Pollo" Recalde cerró el partido ya en el primer tiempo. Antes de culminar la etapa, se encontró con un rebote en el área chica y puso el 2-0, que ya era lapidario por cómo se encontraba el rival. Las dos jugadas que terminaron en gol se iniciaron por derecha, zona de mejor combinación colectiva. La dupla Benítez-Bareiro se asocia de memoria y lastima con demasiada profundidad.
El segundo tiempo fue de trámite. La única incógnita era cuántos goles más podría hacer el puntero, que fue piadoso y se contagio con el clima, por lo que firmó solo un 3-0, con un gol de tiro libre para coleccionar de Jesús Medina.
No pestañea, no titubea y busca liquidar al que sea. El equipo de Jubero está insaciable y a un solo triunfo de "La 20".