Si le preguntáramos a las personas quién es John Hyatt, el 99 % no sabría la respuesta, sin embargo su trabajo que en principio fue revolucionario, hoy día se convierte en una silenciosa amenaza a la salud de la población mundial y los ecosistemas. El fue quien en 1860 inventó el celuloide, lo que daría pie a que años más tarde, en 1907 apareciera el primer plástico sintético.

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Desde el siglo pasado los científicos comenzaron a advertir sobre el peligro que representan los microplásticos, que con prisa y sin pausa se introducen en el cuerpo humano.

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Según el medio RT, un estudio publicado en la revista Nature Medicine reveló altas concentraciones de microplásticos acumulados, particularmente en el cerebro. Los investigadores analizaron muestras de tejido hepático, renal y cerebral de 24 personas fallecidas en 2024 y las compararon con muestras de 28 personas fallecidas en 2016.

Los resultados revelaron que la cantidad de pequeños fragmentos de plástico en el cerebro aumentó un 50 % en comparación con muestras tomadas en 2016, de 3.420 microgramos a 4.763 microgramos por gramo de tejido. Mientras que, en el hígado la concentración media aumentó de 141,9 microgramos a 465,3 microgramos por gramo de tejido.

Diferentes tipos de plástico

Siguiendo con las preguntas, tampoco la mayoría de la población sabría reconocer el significado de esta fórmula química: (C2H4)n, sin embargo es la composición del polietileno, con los que se fabrican botellas de agua y vasitos desechables. Fue el plástico más común hallado en el cerebro, de entre otros 12 distintos tipos de plásticos encontrados en las muestras de la corteza frontal.

“Los microplásticos tienden a acumularse en las células grasas de la capa aislante de mielina del cerebro, que envuelve las neuronas y ayuda a regular la transmisión de señales, lo que podría explicar las mayores concentraciones en el cerebro”, indica el informe.

, utilizó microscopía electrónica e infrarroja especial para determinar con mayor precisión las cantidades de plástico, ya que métodos de microscopía convencionales, normalmente solo detectan partículas mayores de cinco milímetros.

Otros estudios han detectado también microplásticos en la sangre, los pulmones, los intestinos y la placenta.

Matthew Campen, quien dirige el equipo de investigadores de la Universidad de Nuevo México, aseguró que la tasa de acumulación en nuestros cuerpos refleja la creciente cantidad de desechos plásticos en el planeta. “Esto realmente cambia el panorama. Lo hace mucho más personal”, sostuvo.

“Empezamos a pensar que quizás estos plásticos obstruyen el flujo sanguíneo en los capilares”, opinó Campen, y agregó que probablemente “estos nanomateriales interfieran con las conexiones entre los axones [una parte de las células nerviosas] en el cerebro. También podrían ser una semilla para la agregación de proteínas involucradas en la demencia”, conjeturó.

Según el experto, la mayoría de los microplásticos en el cuerpo se ingieren a través de los alimentos, especialmente la carne, ya que su producción comercial tiende a concentrar los plásticos en la cadena alimentaria.

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