El abrazo, uno de los gestos más simples y universales, es mucho más que una muestra de afecto: representa una herramienta poderosa para promover el bienestar físico y emocional. Estudios científicos han demostrado que abrazar puede tener profundos efectos positivos en el cuerpo y la mente, que influye en nuestra salud integral.
La psicóloga de IPS Ingavi, Liz Aguiar, explica la importancia del contacto social y nuestras relaciones personales en tiempos de distanciamiento social a través del abrazo, que tiene su fecha mundial cada 21 de enero. El Día Internacional del Abrazo se celebra desde 1986 gracias a Kevin Zaborney, quien buscó resaltar la importancia de las muestras de afecto tanto en público como entre personas cercanas.
La profesional comenta que un abrazo es un recordatorio de la importancia del contacto humano en nuestras vidas. Este gesto sencillo no solo fortalece nuestras relaciones interpersonales, sino que también actúa como una herramienta terapéutica que puede mejorar significativamente nuestra salud física y emocional. Incorporar más abrazos en nuestro día a día es una manera práctica y efectiva de cuidar nuestro bienestar integral.
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Efectos físicos del abrazo
Regulación del sistema nervioso: al abrazar, se activa el sistema nervioso parasimpático, que reduce la frecuencia cardíaca y promueve la relajación. Esto ayuda a contrarrestar los efectos del estrés y a mejorar el equilibrio corporal.
Liberación de oxitocina: el contacto físico cercano estimula la liberación de oxitocina, conocida como la “hormona del amor”. Esta sustancia no solo fortalece los vínculos emocionales, sino que también reduce la presión arterial, alivia el dolor y refuerza el sistema inmunológico.
Reducción de los niveles de cortisol: abrazar disminuye los niveles de cortisol, la hormona relacionada con el estrés. Esto contribuye a reducir la inflamación en el cuerpo y a proteger la salud cardiovascular.
Mejora en la calidad del sueño: abrazar antes de dormir puede promover un descanso más reparador, ya que fomenta la relajación y reduce la ansiedad, facilitando un sueño profundo y continuo.
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Impacto psicológico del abrazo
Reducción de la ansiedad y la depresión: los abrazos generan un efecto calmante en la mente, ayudando a reducir los síntomas de ansiedad y depresión. Esto se debe a que aumentan los niveles de serotonina y dopamina, neurotransmisores clave para el bienestar emocional.
Refuerzo del vínculo social: los abrazos fomentan la sensación de pertenencia y conexión con los demás. Este sentido de apoyo social es fundamental para enfrentar desafíos emocionales y mejorar la resiliencia.
Aumento de la autoestima: eecibir un abrazo puede hacernos sentir valorados y cuidados, lo cual impacta positivamente en nuestra autoestima y percepción de nosotros mismos.
Gestión del duelo y el estrés emocional: en momentos de pérdida o dolor, un abrazo puede brindar consuelo, ayudando a aliviar la carga emocional y ofreciendo una sensación de seguridad.