Por Valentina Jara. Entrevista de Rocío Gómez, corresponsal de Nación Media.

La doctora Mayumi Sosa se convirtió en la primera médica cirujana graduada de la etnia mbya guaraní y ahora planea especializarse en cirugía general. En una entrevista con la corresponsal de Nación Media en Itapúa, Rocío Gómez, contó un poco de sus raíces, los desafíos que superó para llegar a este gran logro en la carrera universitaria de medicina y sus expectativas a futuro.

La nueva doctora compartió su felicidad con el logro alcanzado en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Itapúa: “Siento satisfacción, me siento muy orgullosa, también siento que no defraudé la confianza depositada en mí. Me siento bastante agradecida también con la vida, con Dios, mi familia, mis amigos y todas las personas que me apoyaron”.

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Sosa comentó a La Nación/Nación Media que pertenece a la etnia mbya guaraní por parte de su familia materna, y que su padre es paraguayo. Declaró que tiene familia mbya, pero que no vive en la comunidad, sino en Encarnación. También dio a conocer que entre sus planes se encuentra realizar la especialidad en cirugía general en el Hospital Nacional de Itaguá o el Hospital Nacional de Encarnación.

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Mayumi junto a dos de sus pilares para seguir adelante: su madre y su abuela. Foto: Gentileza

Superando adversidades

Sobre cómo accedió a la educación universitaria, la doctora comentó: “Acudí a un llamado que hizo el entonces gobernador de Itapúa, el doctor Luis Gneiting. Fue un llamado a jóvenes provenientes de pueblos originarios para que accedan a educación universitaria, y yo me postulé para medicina. Me dieron una beca, después de ya entrar en el primer año, que es la de EBY (Entidad Binacional Yacyretá) y de la Gobernación de Itapúa, con la que hasta el tercer año más o menos fui beneficiaria”.

Luego de tres años, Sosa tuvo que desprenderse del respaldo financiero. “Lo que pasa es que la renovación de becas muchas veces no coincide con los últimos exámenes de medicina porque nosotros rendimos hasta marzo, más o menos. No solamente yo, varios compañeros también perdieron esa beca”, dijo. Al perder el subsidio, costeó lo que quedaba de la carrera por medio del comercio. “Desde siempre vendí cosas. Vendía perfumes, cosméticos, llegué a vender comida, ropa, hice rifas y adhesiones. También tuve el apoyo de mis padres y familiares”, recordó la médica.

A pesar de sentirse muy afortunada, señaló que el camino a seguir para alcanzar esta meta no fue nada fácil: ”Fue un logro difícil e importante, porque también soy la primera en mi familia en acceder a una carrera universitaria”. Entre los mayores retos, la doctora se encontró con el fallecimiento de su madre. “Mi mamá falleció hace dos años, a mitad de mi carrera, más o menos, se le diagnosticó una enfermedad renal crónica ya en etapa muy avanzada y terminó falleciendo”, expresó.

“Para mí fue difícil porque se fue cuando yo estaba en los últimos exámenes finales. Tenía dos opciones, quedarme a llorar la pérdida y perder también la carrera, o ir a atropellar, que es lo que hice. Fui y me presenté”, recordó Sosa sobre el complicado momento que atravesó.

La promoción que formó parte la flamante doctora. Foto: Gentileza

Un solo cupo

Además, denunció la adversidad ante la que se encuentran las personas de pueblos originarios para acceder a una educación de calidad, pues la beca ofrecida sólo posee un cupo. “Se hace cursillo y hay un sólo cupo, podes ingresar entre los 45 cupos normales, pero si vas por el de los pueblos originarios tenemos que pelear todos los que estamos representando, por así decir. Yo era la única, pasa que es costoso y si no hay apoyo en ese primer año de cursillo al menos, es difícil que puedas acceder“.

Por último, Sosa desmintió los rumores sobre discriminación durante su tiempo en la universidad: “Yo no recibí o no percibí discriminación, ni durante el cursillo ni durante la carrera, nadie de manera personal fue a agredirme por ese motivo”. Sin embargo, manifestó que sí escuchó ciertos comentarios sobre la apertura de un nuevo cupo en la época de cursillo, a pesar de esto nunca se sintió atacada, pues no lo tomó de manera personal. ”Una vez que entré sentí el apoyo de todos, me trataron siempre muy amablemente”, añadió.

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La nueva profesional proyecta continuar con su formación. Foto: Gentileza

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