¿Leíste o escuchaste sobre el “kidulting”? Un pasatiempo que se trata de volver a la diversión de los juegos de la infancia. La psicología de la nostalgia lo estudió y comprobó que ayuda a aumentar la creatividad y mejorar el estado de ánimo.
“En la práctica, jugar con niños es un regreso natural y simple a las actividades infantiles conocidas y placenteras. La familiaridad de la actividad suele ser el telón de fondo perfecto para relajarse”, exploca la psicóloga PhD Carla Marie Manly.
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Y es que la práctica del “kidulting” ganó popularidad durante la pandemia. Presuntamente, la mezcla de aburrimiento y órdenes restrictivas de quedarse en casa llevó a la gente a una madriguera de ocio que los regresó a las actividades de su juventud, ya sea construyendo con Lego, jugando con figuras de acción o deslizándose por calles de barrio en scooters.
Si bien la necesidad de pasar el tiempo de esa manera podría desaparecer, el deseo de las personas de hacerlo no parece estar desapareciendo.
Los expertos postulan que eso se debe a que los juegos infantiles brindan una dosis bienvenida de juegos alegres y una nostalgia conmovedora, ideal para sacarnos de cualquier estancamiento, pandemia o de otro tipo.
1. Evoca nostalgia que se siente positiva y tranquilizadora
En nuestros recuerdos, las experiencias de juego de la infancia, como andar en bicicleta, jugar con camiones, saltar piedras o disfrazarse, “a menudo se llevan a la edad adulta como el epítome de la libertad, la diversión y la alegría”, explica la Dra. Manly.
Y cuando se mira hacia atrás, esos mismos sentimientos cálidos pueden resurgir, reemplazando (por el momento) los sentimientos más apremiantes de estrés provocados por las responsabilidades de la vida adulta. “Kidulting nos da la oportunidad de regresar, aunque solo sea por unos momentos u horas, a tiempos más simples que nos traían alegría”, resalta.
La investigación ha demostrado que pensar en cierta parte de un recuerdo, por ejemplo, la bicicleta que montaste en tu niñez, puede activar partes del cerebro vinculadas a un evento completo.
La experiencia puede conducir a una nostalgia alegre, reviviendo esos episodios detallados de buenos recuerdos. “Incluso si hubo momentos difíciles en su infancia, tal vez incluso trauma o negligencia, recordar los destellos de felicidad puede generar esperanza en usted como adulto”, agrega la psicóloga clínica Trish Phillips.
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Ese sentimiento de esperanza tiende a venir junto con una fuerte dosis de conexión social y pertenencia también. “Los recuerdos nostálgicos nos recuerdan a aquellos que amamos y que nos han amado, lo que fortalece nuestra sensación de que no estamos solos en esto”, explicó la psicóloga Krystine I. Batcho a Well+Good. Es por esa razón que bromear con amigos y experimentar la nostalgia juntos también puede ser una experiencia de unión tan reconfortante en el presente.
2. Ofrece la liberación creativa del juego sin preocupaciones
No es frecuente que hagamos las cosas solo por diversión, y bromear es literalmente la diversión y los juegos de tu juventud. A su vez, ofrece una oportunidad única para divertirse, lo que conlleva importantes beneficios.
Los científicos que han estudiado el rasgo de alegría en adultos (dividido en cinco facetas: espontáneo, expresivo, creativo, divertido y tonto) han descubierto que está asociado con un funcionamiento psicológico positivo. Otros estudios también han encontrado que las personas juguetonas tienen niveles más bajos de estrés y una mayor satisfacción con la vida.
“Jugar a cualquier edad es útil para evitar que nos atasquemos demasiado en nuestros caminos. Agregar juegos aumenta la espontaneidad, libera hormonas para sentirse bien dentro de nosotros e incluso nos ayuda a pensar con más claridad”, destaca la Dra. Phillips.
Así es: al dejar de lado su enfoque típico orientado a la lógica o la tarea y adoptar la vibra de forma libre inherente a muchas actividades infantiles, es probable que permita que su mente divague, lo que se ha demostrado que lo ayuda a ser más creativo en su pensamiento.
“A menudo, cuando no estamos buscando una solución a nuestros problemas, como cuando estamos jugando o creando, aparece una respuesta aparentemente de la nada”, reflexiona la Dra. Phillips.
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