El resplandor de un piso es, sin duda, sinónimo de limpieza. No obstante, lograrlo y mantenerlo por más tiempo es uno de los “desafíos” de quienes están a cargo de la higiene de la casa. En el mercado, hay muchos limpiadores para darle a la superficie el aspecto reluciente y brillante, pero también existen varias recetas y soluciones caseras que dan los mismos resultados.
Lejos de lo que se cree, los productos químicos agresivos puedan afectar el acabado y la salud, por lo que siempre es más recomendable optar por limpiadores más suaves, no tóxicos, que preservan la integridad de la superficie mientras eliminan eficazmente la suciedad, según las recomendaciones del portal especializado Cleanipedia, de expertos en producción y desarrollo de productos para limpieza e higiene.
A la hora de la limpieza de pisos, uno de los grandes aliados es el vinagre blanco, eficaz para el parqué, el mármol y la piedra natural debido a su capacidad para eliminar bacterias, hongos y moho. Se puede diluir un vaso de vinagre en un balde con cinco litros de agua y pasarlo sobre el piso, con gotas de aceite esencial, si se busca disminuir el olor del producto.
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Sin embargo, cuando se trata de pisos de madera, se puede utilizar una mezcla de bicarbonato de sodio y un jabón suave, formar una pasta de ambos productos y aplicarla suavemente sobre la superficie. Aunque, en este caso, también es necesario recurrir a la aplicación de capas regulares de sellador o cera para mantenerlos limpios, brillosos y protegidos de la suciedad.
Además de recurrir a los productos naturales, una manera efectiva de prolongar la limpieza del piso es prevenir el ingreso de polvo. Colocar alfombras en las entradas principales y debajo de los muebles reduce la suciedad que pueden arrastrar los calzados por la casa.
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