La manteca y la margarina son ingredientes para darle sabor a cualquier plato y tienen numerosos usos dentro de la cocina, pero tienen diferencias en su origen y elaboración. Para determinar cuál es la alternativa más saludable y en qué casos utilizar cada una, es importante conocer la composición de ambos preparados.
Según estudios nutricionales, la manteca está elaborada a partir del batido y amasado de la grasa de la crema extraída de la leche y contiene un alto porcentaje de grasas animales saturadas. Por otra parte, la margarina está hecha de distintos tipos de grasas vegetales. Se creó inicialmente como una “opción saludable”, pero tiene altos niveles de grasas trans (aceites líquidos).
En general, los productos comestibles “untables” están asociados con un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, además de un incremento en los niveles de colesterol y triglicéridos, poniendo en riesgo la salud cardiovascular. Su consumo prolongado se vincula además con el aumento del IMC (índice de masa muscular).
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Más allá de elegir la opción más saludable, lo más importante es pensar en cuánto se consume. Lo importante es basarse en las necesidades particulares de salud y recordar, no excederse en las porciones. La ayuda de un profesional de la nutrición es fundamental para elegir correctamente.
A la hora de comprar cualquiera de los dos productos, se recomienda observar con detenimiento las etiquetas de los productos y seleccionar aquellos que tengan menor contenido de grasas saturadas y grasas trans. Por ejemplo, en el caso de las margarinas, cuanto más sólida es su composición, más grasas trans contiene.
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