Es sabido que un abrazo es sinónimo de amor, pues crea un vínculo emocional con las personas. Además de ser un gesto amoroso, su efecto genera varios elementos positivos para el organismo, pues al tener contacto físico con un ser querido, el cerebro libera oxitocina y serotonina, unas hormonas que crean la sensación de bienestar y felicidad. Te contamos más detalles sobre los abrazos.
Con un abrazo uno puede sentir seguridad, tranquilidad y por sobre todo, sentirse amado. Pero sus beneficios, transcienden el cariño que se siente. Cuando la piel recibe el contacto de otra persona, nuestro cerebro desencadena una serie de señales neurológicas, soltando el estrés y la ansiedad, por sentir las hormonas como la oxitocina y serotonina.
Según un estudio del Instituto Europeo de Psicología Positiva (IEPP), un abrazo puede mejorar las relaciones interpersonales, combate el insomnio, aumenta la autoestima, controlan el apetito e incluso hace que las personas logren una vida longeva. Hay que mencionar, que la falta de afecto o abrazos, también tiene su sentido negativo en la vida, pues las personas que no tienen este gesto, tienen hábitos negativos y pueden caer en los vicios.
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20 segundos de abrazo
En 20 segundos del contacto físico se activa la oxitocina, lo que equivale a un mes de terapia. La duración estimada de un abrazo es de cinco segundos, pero una investigación sobre sus efectos en nuestro organismo comprobó que en unos 20 segundos se produce un efecto terapéutico sobre el cuerpo y la mente, producido por dicha hormona que logra disminuir el dolor emocional.
Los abrazos son igualmente una fuente de energía y sirven para fortalecer el sistema inmunológico. También tienen la capacidad de disminuir los antojos ansiosos, por estimular positivamente el sistema nervioso. Hay que mencionar que el Día Internacional del Abrazo se recuerda cada 21 de enero. Esta conmemoración fue instalada en 1986 por el estadounidense Kevin Zaborney.
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Este es el sencillo hábito que aumenta la autoestima y la felicidad
Los abrazos son una forma de expresar afecto, consuelo y amor, pero además de ser un hábito significativo, también puede aportar numerosos beneficios para la salud física y mental. La ciencia demostró que este gesto puede reducir el estrés, fortalecer el sistema inmunológico y la autoestima, además de estimular la producción de serotonina y oxitocina, las hormonas de la felicidad y el amor.
Según una investigación de la Universidad “Goethe” en Alemania, la magia de los abrazos se desata cuando se liberan hormonas como la oxitocina y la serotonina, fomentando sentimientos de confianza, seguridad, conexión y felicidad. De esta forma, también se reducen los niveles de cortisol y la hormona del estrés, que está asociada con la ansiedad, la depresión, la inflamación y las enfermedades cardiovasculares.
Más allá de reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, los abrazos ayudan a reducir los niveles de presión arterial y la frecuencia cardíaca, por lo que son ideales para hacerle frente a cualquier situación difícil. Las personas que reciben abrazos tienen además menos probabilidades de enfermarse debido al alivio del estrés provocado por este gesto y, si lo hacen, presentan síntomas más leves.
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Los abrazos son igualmente una fuente de energía y sirven para fortalecer el sistema inmunológico. También tienen la capacidad de disminuir los antojos ansiosos, al estimular el sistema nervioso con la oxitocina, generando placer y relajación.
Un simple abrazo puede cambiar positivamente el estado emocional de una persona. Esta muestra de afecto no solo es una manera no verbal de expresar emociones, puede ser un aliado en la búsqueda del bienestar físico general, si se practica con regularidad.
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Carencia de abrazos (republicanos)
- Por Felipe Goroso S.
- Columnista político
En inglés existe un término que utilizan los psicólogos para señalar nuestra necesidad de contacto físico: skin hunger. En español, le podríamos llamar “hambre de piel”. Este nombre resalta la necesidad biológica que tenemos los humanos de intercambiar caricias, besos y abrazos. La piel es el órgano sensorial más grande de nuestro cuerpo y el tacto es el primer sentido que activamos. Quizás por eso las enfermeras acuestan a un recién nacido que está llorando sobre el pecho de su madre. El contacto físico es nuestra forma más primitiva de consuelo.
Según Dacher Keltner, profesor de psicología en la Universidad de California, Berkeley, actos como estrechar la mano o rodear a alguien con el brazo activan áreas específicas del cerebro, como el de la corteza orbitofrontal, en donde se estimula nuestro sentido de empatía y compasión, y se refuerza nuestro impulso a tomar decisiones. Dar un abrazo afectuoso también libera oxitocina, la hormona del afecto, la confianza y la que nos ayuda a formar vínculos, y reduce el nivel de cortisol, la hormona del estrés. Sin el cariño físico de alguien cercano nuestro circuito neurológico se desajusta y eso podría llevarnos no solo a una inestabilidad de las emociones, sino sobre todo a una alteración del comportamiento.
La ciencia también ha comprobado que el intercambio sensorial de un abrazo puede robustecer nuestro organismo. Una investigación de la Universidad de Carolina del Norte demostró que los abrazos estimulan a la glándula Timo, un órgano clave del sistema inmunológico, y promueven la producción de glóbulos blancos que combaten infecciones. En la Universidad de Carnegie Mellon en Pensilvania, un estudio realizado con mujeres de la tercera edad probó que las que recibían más expresiones de afecto físico presentaban menos problemas de presión arterial. La sensación del tacto es el modo en que una piel se comunica con otra. Cuando ese lazo desaparece, es normal sentir ansiedad, angustia, soledad u otra forma de manifestación emocional.
Circuitos neurológicos desajustados, falta de afecto, estrés elevado, inestabilidad de las emociones, alteraciones del comportamiento, organismos poco robustecidos, problemas de presión arterial, ansiedad, angustia, soledad. Todo esto le pasa a aquellos que se niegan a dar abrazos. Tal vez la psicología nos esté dando la explicación del ambiente que hay en la campaña del movimiento oficialista que insiste en la antinatural línea discursiva de negarse al abrazo republicano luego de las internas de diciembre. Lo natural son los abrazos (republicanos) luego de las internas.
Suele pasar que la política, esa mala palabra que empieza con p y termina con a, debe recurrir a otras ciencias (como la psicología) para encontrar respuestas a ciertas posiciones bastante difíciles de creer, explicar y argumentar.
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Abrazos: su efecto positivo en nuestro bienestar
Los abrazos aportan muchos beneficios en la salud física y psicológica. Este gesto afectivo libera oxitocina, serotonina y dopamina, lo que fortalece nuestras relaciones interpersonales, generando una sensación de bienestar y felicidad.
Todos sentimos sus efectos reconfortantes inmediatos, pero no somos conscientes de cuán positivo son para llevar una vida equilibrada y saludable. Con el simple hecho de abrazar a los demás obtenemos y transmitimos varios beneficios.
Abrazar es un acto terapéutico que contribuye en nuestro bienestar de diversas formas, tanto a nivel físico como psicológico. El abrazo es un gesto muy común, en el que a menudo nos solemos reparar sin necesidad de acudir a terapia.
Es considerado una forma de expresar nuestros afectos, pero ¿qué tan importante puede ser este acto? Varios estudios experimentales respaldan las consecuencias positivas que los abrazos tienen en los seres humanos.
Una investigación desarrollada por la Universidad de Carnegie Mellon en Estados Unidos demuestra que el abrazo es medicina contra el estrés crónico, el cual genera un estado continuo de alerta e inflamación a nivel celular, que debilita nuestro sistema inmunológico, por lo que nos deja expuestos a infecciones, enfermedades de tipo autoinmune e incluso al cáncer.
Cuando abrazamos liberamos dopamina, un neurotransmisor relacionado al sentirse bien, que además mejora nuestra memoria, atención, sueño y el comportamiento motivado por las recompensas, según confirma el ensayo clínico.
Otra de las virtudes del abrazo es que segrega oxitocina y endorfinas que reducen los niveles de cortisol y adrenalina, y nos ayudan a sentirnos más relajados. También mejora la autoestima, ya que aumenta nuestro buen estado de ánimo.
En el mismo momento estamos liberando serotonina y dopamina que contribuyen al bienestar y calma de nuestro interior. Como los abrazos nos ayudan a relajar nuestros músculos, nos recargamos positivamente al instante.
A su vez activa nuestro sistema límbico, encargado de la regulación emocional, lo que logra reforzar las relaciones interpersonales desde la confianza y el amor.
20 segundos de abrazo
Otro ensayo clínico demostró que un abrazo estimula la liberación de oxitocina, y que en 20 segundos del contacto físico hasta la activa, lo que equivale a un mes de terapia.
La duración estimada de un abrazo es de cinco segundos, pero una investigación sobre sus efectos en nuestro organismo comprobó que en unos 20 segundos se produce un efecto terapéutico sobre el cuerpo y la mente, producido por dicha hormona que logra disminuir el dolor emocional.
El Día Internacional del Abrazo se recuerda cada 21 de enero. Esta conmemoración fue instalada en 1986 por el estadounidense Kevin Zaborney. Celebrar este símbolo de cariño nació como una excusa para hacer algo que a todos nos gusta, pero que no nos atrevemos tanto: dar y recibir abrazos.
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Cuarentena sin fases, ¿qué hacer ahora?: pactos, responsabilidad y práctica de lo aprendido
¿Volverán los abrazos? Cómo disminuir los riesgos para compartir una mesa con la familia o amigos y qué medidas de cuidados tener en cuenta para sacar de paseo a los niños. La doctora Belén Ramírez Bourdages comparte su experiencia y recomienda acciones para sobrevivir al COVID-19, que sigue circulando.
¿Qué hacemos ahora? es la pregunta que queda latente con la cuarentena sin fase y sin números. Al contrario de tener esa sensación de estar a la deriva, lo que se debe es poner en práctica todo lo aprendido durante este tiempo para evitar al coronavirus.
“Cada persona que decidió cuidarse lo seguirá haciendo y el que no, va a tomar todo como una excusa”, reflexionó la doctora Belén Ramírez Bourdages desde California, sobre la realidad que se está viviendo en Paraguay, donde durante un tiempo formó parte del equipo de salud en los primeros meses de la pandemia.
“Desde marzo que llegué a Paraguay, quise enseñar, explicar conceptos, que las personas aprendan a evaluar riesgos y tomar decisiones, pero me encontré con personas del Gobierno mismo que me decían, el paraguayo no piensa, al paraguayo hay que decirle qué hacer. Y la verdad, yo decidí seguir enseñando porque generacionalmente tenemos que cambiar esa visión”, señaló Ramírez.
Recomendaciones
La profesional compartió recomendaciones para poner en práctica desde donde uno se encuentra para continuar con la cuarentena, aunque esta sea sin fases y sobrevivir al virus que sigue circulante en el país.
Encuentros hasta 12 personas en casas de familia. Destacó que lo importante es que las familias sean capaces de hablar y decidir. Que cada uno se vaya “abriendo” a actividades según como se sienta cómodo.
¿Abrazos? Hay forma de hacerlos “seguros”. Estos pueden ser cortos porque hay una necesidad de volver a sentir ese calor humano. Pero ¿cómo? “Ambos con tapabocas, mirando a diferentes lados. Adulto de espaldas al niño dando un beso en la cabeza. Siempre con tapabocas”, explicó.
La mesa ya no puede ser la mesa normal de estar todos juntos sentados, pasándose platos, levantándose para agarrar platos. Lo ideal, indica, es poner la comida en una mesa aparte y que una se sirve tipo buffet y luego se va a la mesa donde van a compartir. Al sentarse, hacerlo con separación de al menos un metro. “La OMS recomienda un mínimo de un metro, 2 metros es lo ideal, pero mínimo de un metro”, agregó.
Hacerlo al aire libre es lo mejor, evitar los lugares cerrados con aire acondicionado. “¿Hace calor, hay humo? Todo cierto. Entonces, qué tal modificar algunos hábitos, en vez de hacer el almuerzo en encuentros de familia grande, hacer la cena. Cuando hace menos calor, con más sombra afuera que el sol del mediodía”, sugiere.
También se debe eliminar el hábito de compartir utensilios. “Que cada uno tenga su vaso. Los niños que tengan diferentes colores y no compartir bombilla”.
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Los niños
En el caso de los niños, los juegos por ejemplo que no sean de contacto. “Pueden chutar una pelota, pero sin ‘chulearse’, pueden jugar metegol. Esta semana se reabrieron los parques en mi condado y los niños tienen que usar tapabocas y lavarse las manos”, recordó la profesional.
Ramírez admitió que le hubiera gustado que se haga más énfasis en las burbujas sociales y buscar que esta sea lo menos permeable posible.
Es posible en este tiempo hacer un “pacto” con la familia y los amigos en el sentido de que todos se cuidarán por igual.
La profesional compartió su experiencia de cómo se manejan en su lugar de residencia. “Tengo la suerte de tener un patio. Hacemos todas las actividades al aire libre, la verdad no nos abrazamos. Todos se ríen porque la latina que siempre abrazaba era yo y ahora digo: ¡No hugs! Solo me abrazo con mi marido”, ejemplificó.
En los eventos hasta 30 personas. “Entiendo que deber hacerse bajo protocolos, con una persona encargada de que se cumpla. Del dicho al hecho hay mucho trecho. Asumo que más que nada los colegios que quieran y puedan pagar una colación lo harán y espero se cumplan los protocolos. Igual para eventos empresariales. Si hay necesidad de hacerlo, que tomen la responsabilidad de contratar a una persona encargada de protocolo y que tengan un buen plan de trazabilidad”, recomendó.
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Ir al súper y shopping con los niños. Ramírez entiende que esta es muchas veces una actividad de ocio para muchas familias de Asunción y Central, pero señala que siempre será mejor todo lo que se realice al aire libre y con menos riesgo, pero en caso necesario llevar a los hijos con tapabocas, incluir el lavado de manos al entrar y salir, que no toque superficies de contacto y no olvidar la importancia de no tocarse la cara con las manos hasta poder lavarlas.
Actividades culturales y cultos. Para estas actividades es importante preguntar qué protocolos siguen y decidir si uno está dispuesto a correr riesgos. “La salud mental es sumamente importante, si tu escape es ir al teatro y quieres apoyar a la gente del teatro. Adecaate a las medidas básicas: distancia y tapabocas en lugares cerrados”, reiteró.
La realidad, agrega Ramírez, es que lo importante es ser conscientes de que no hay riesgo cero, pero que estos se pueden minimizar, que se debe aprender a poner límites siendo esta una materia pendiente en Paraguay, que se pongan límites y que los demás los respeten.
“Soy consciente de que todos estos consejos dependen de un nivel económico medio y que no se adecuan a todas las realidades. Pero cada uno dentro de sus posibilidades puede adaptarlo a su realidad”, puntualizó.