Para mantener la ropa como nueva, como si nunca pasara por el lavarropas, no es necesario recurrir a costosos productos de limpieza. Hacer que las prendas no pierdan su color es posible utilizando trucos caseros y simples, pero también efectivos y económicos.
Por ejemplo, la sal es una gran aliada para cuidar los tejidos. Sin importar el tipo, ya sea fina o gruesa, este ingrediente penetra en profundidad para evitar que el color se apague con el lavado, según estudios químicos. Para conseguir este efecto, se puede sumergir las prendas en media taza de sal con dos litros de agua fría y luego meterlas al lavarropas en un ciclo normal, pero es importante hacerlo desde el primer lavado.
A su vez, la utilización de cáscaras de huevo sobre las prendas también puede contribuir a conservar su color durante más tiempo y, al mismo tiempo, ayuda a reducir algunas manchas. Como parte de este truco casero, se pueden sumergir las prendas en agua caliente junto con las cáscaras y, tras un tiempo en reposo, introducirlas al lavarropas en un ciclo común de lavado.
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El vinagre blanco se utiliza comúnmente como un agente de limpieza. Sin embargo, también es muy eficaz a la hora de lograr que la ropa no se estropee. Este ingrediente afloja las fibras y deja la ropa suave y sin olor. A la hora de emplearlo, se deben añadir dos tazas de vinagre blanco sin diluir y allí poner la ropa en remojo durante 15 minutos para luego meterla al lavarropas.
Además de seguir esta serie de trucos caseros, lo primero que se debe tener en cuenta al momento de lavar la ropa es separar las prendas blancas de las de color. Incluso, lo ideal es juntar prendas del mismo tono, cuando se ponga en funcionamiento el lavarropas.
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