Las altas temperaturas repercuten, sin dudas, en la salud mental. Lejos de la subjetividad, el malestar general, la irritabilidad, la ansiedad y más se pueden agudizar, impactando negativamente en la rutina. ¿Cómo se puede combatir la incomodidad? La psicología tiene las respuestas.

Atrapados en una ola de calor, no hay duda de que las temperaturas extremas pueden aflorar los peores rasgos de la personalidad: la irritabilidad e incluso, la agresividad son comunes. Según reveló la psicóloga Gloria Petters, magíster en psicología clínica y deportiva, está comprobado científicamente el vínculo entre la exposición al calor extremo y los efectos negativos en la salud mental de la gente.

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“La psiquis es parte del organismo, por ende también se ve afectada por el calor extremo. Entre los efectos, se debe tener en cuenta primeramente el aumento del cansancio. Al dilatarse los vasos sanguíneos, hay una mayor circulación de sangre, entonces se produce la hemodinamía, la causante de esta sensación de fatiga. Todo esto se traduce en un estado de confusión sobre lo que nos pasa y, a la vez, una exasperación absoluta”, recordó la profesional.

Paralelamente, aumentan la irritabilidad, la sensación de sofoco y un estado de incomodidad generalizada, que no es subjetivo, detalló la profesional. “Es un hecho que se incrementa la posibilidad de malestar en todas las áreas y otras condiciones como la ansiedad. El calor es un factor condicionante, que modifica todos nuestros aspectos”, agregó.

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En medio de la desesperación por el calor, aparecen los conocidos “pensamientos negativos”, aunque la única salida parecer ser aceptar la condición climática como un factor fuera del alcance y adoptar necesariamente medidas.

“Más que paciencia, se trata de aceptación. Se trata de factores externos que no podemos controlar: lo único que podemos controlar nosotros es nuestra reacción con referencia a ese estímulo”, recordó Petters.

En este sentido, la profesional de la psicología recomendó una serie de medidas paliativas para enfrentar las altas temperaturas y el mal humor como, por ejemplo, la hidratación constante y correcta, además de utilizar ropa clara, sombreros y lentes de sol.

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