Pese a su personalidad independiente y sus actitudes ariscas, los gatos tienen ciertos comportamientos especiales y atenciones que solo se reservan para quienes consideran sus dueños. Desde ronroneos hasta muestras de afecto, los felinos pueden ser realmente cariñosos con los miembros de su familia. Si bien estos peluditos son muy impredecibles y su cariño es un poco más selectivo, al igual que los perros, reconocen de forma especial a quienes forman parte de su entorno.
De ahí que pueden desarrollar ciertas actitudes particulares junto con sus dueños e incluso, marcarlos como parte de su propiedad. Los felinos cuentan con glándulas de olor, que se encuentran a lo largo de su organismo: al frotarse contra alguien lo está marcando de forma casi automática.
Cuando los gatos ronronean están comunicando placer y comodidad. Cuando lo hacen cerca de sus dueños, están reconociendo su presencia y mostrándole su cariño, según estudios veterinarios. También suelen mostrarse genuinamente interesados en las actividades que desarrollan sus dueños, por lo que es común que no se separen de sus cuidadores.
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Los gatos también quieren demostrar su cariño trayendo obsequios para sus dueños. En algunos casos, pueden traer hasta su hogar aquello que cazan u objetos que toman como juguetes y lo entregan. Para la percepción del animal, le están dando un regalo que ellos mismos fueron a conseguir.
Los felinos tienen la habilidad emocional de formar lazos seguros con sus dueños. En un entorno de cuidados, muestran signos de apego seguro a sus cuidadores. La capacidad felina para formar lazos profundos demuestra su adaptabilidad emocional y su deseo de conexión con los seres humanos. Estos vínculos ofrecen a los amantes de los animales experimentar una relación única con los gatos.
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