El hierro es un mineral considerado esencial debido a que su presencia es clave para producir hemoglobina, una parte de las células sanguíneas. Debido a que el cuerpo no puede producirlo, se debe ingerir por medio de los alimentos que se consumen diariamente: las carnes rojas no son la única fuente de este nutriente.
El cuerpo utiliza el hierro para fabricar la hemoglobina, una proteína de los glóbulos rojos que transporta el oxígeno de los pulmones a distintas partes del cuerpo. También se necesita hierro para la fabricación de las hormonas y el tejido conectivo. La cantidad diaria de hierro que una persona necesita varía según la edad y el sexo.
Según la Federación Española de Nutrición, una de las principales fuentes de hierro es la alimentación, por lo que a la hora de aprovecharlo debe tenerse en cuenta factores como la disponibilidad y la combinación de alimentos. El hierro hemo es el que procede de los alimentos de origen animal y es el más asimilable para el organismo.
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Contrariamente a lo que se cree, la carne roja no es la única ni la mejor fuente de hierro. Las vísceras como el hígado o pescados como las sardinas y anchoas se destacan por su gran concentración de este mineral: pueden llegar a contener alrededor de 10 y 13 mg por cada 100 gramos. Para aprovechar al máximo sus beneficios se les puede combinar con legumbres, huevos y frutos secos, excelentes fuentes de hierro vegetal.
Los síntomas de anemia por deficiencia de hierro pueden ser el cansancio y la falta de energía, trastornos intestinales, falta de memoria y concentración, además de dificultades para controlar la temperatura del cuerpo. De ahí la importancia de consultar con un profesional médico si se presentan algunos de estos signos.
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