El sedentarismo es uno de los principales factores de riesgo para la salud y puede provocar problemas en los huesos y en el sistema inmunitario. De ahí la importancia de realizar cualquier tipo actividad física frente a no realizar ninguna, según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La actividad física regular como caminar, andar en bicicleta, pedalear, practicar deportes o participar en actividades recreativas es muy beneficiosa para la salud. Es mejor elegir actividad física antes que permanecer inactivos. La lista de riesgos y consecuencias es larga para quienes no combaten el sedentarismo.
Según la OMS, la inactividad física es uno de los principales factores de riesgo de mortalidad por enfermedades no transmisibles. Cuando una persona tiene un estilo de vida inactivo, puede quemar menos calorías, por lo que aumentan las probabilidades de subir de peso. También se pierde masa muscular y resistencia debido a que no se usan tanto los músculos.
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Los huesos se debilitan y pierden algo de su contenido mineral al no realizar actividad física. El metabolismo puede verse afectado y el cuerpo empezar a desarrollar problemas para sintetizar grasas y azúcares. A la par, el sistema inmunitario se debilita y aumentan la inflamación y las probabilidades de desarrollar desequilibrio hormonal.
Al no hacer ejercicio en forma regular, se incrementa el riesgo de padecer igualmente obesidad, enfermedades del corazón, presión arterial y colesterol altos, ciertos tipos de cáncer e, incluso, problemas de estrés y ansiedad. Tanto en niveles moderados o intensos, la respuesta para ganar salud es ejercitarse.
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