Ingerir azúcar agregado en exceso repercute en la salud y genera distintos síntomas que varían de acuerdo a los niveles de consumo y a la sensibilidad propia. Si bien cada organismo reacciona de forma diferente, algunos de los signos más comunes son los cambios de humor, dolores de cabeza y más.
Las recomendaciones nutricionales apuntan a limitar el consumo de este ingrediente hasta el 15% del total de calorías de la dieta. La cantidad diaria de azúcar agregada no debe sobrepasar las seis cucharadas pequeñas, que equivalen a 25 gramos, aproximadamente. Cuando se consume en exceso, el cuerpo empieza a sentir cambios repentinos en los niveles de energía, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad Tecnológica de Sidney.
La inestabilidad emocional y el desánimo pueden ser indicadores de este desequilibrio y se deben a las variaciones en los niveles de glucosa en la sangre. Las reacciones inmediatas van desde los enojos, las molestias y la ansiedad hasta las ganas incontrolables de seguir comiendo. Al lograr limitar la ingesta, estos signos empiezan a desaparecer progresivamente.
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Además de la fluctuación en el estado de ánimo y los niveles de energía, los dolores de cabeza también pueden ser un signo común del consumo excesivo de azúcar agregado. Los picos repentinos y descensos inmediatos de glucosa en sangre pueden favorecer este tipo de molestias que llegan a ser muy frecuentes.
El azúcar no es un nutriente esencial y hay evidencia sólida que demuestra que en realidad puede ser perjudicial al contribuir al sobrepeso, la obesidad y la caries dental. Limitar su consumo contribuye a mejorar la salud intestinal y dental, controlar el peso y reducir el riesgo relacionado con problemas cardiovasculares.
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