El cansancio constante es una queja común y puede ser el resultado de un gran número de factores: desde la falta de un descanso de calidad y la ausencia de ciertos nutrientes hasta la deshidratación y el estrés. Combatir esta condición dependerá de un esfuerzo para abordar los trastornos de sueño, la deficiencia de vitaminas y más.
Sin dudas, la calidad del descanso nocturno tiene un impacto trascendental en la sensación de fatiga. Es común escuchar sobre los beneficios de dormir lo suficiente, pero esta es solo una parte de la ecuación. La calidad también importa y más que la cantidad, según revelan estudios médicos. Se puede alcanzar mejores niveles de bienestar y renovación cuando se logra descansar de forma ininterrumpida.
Además del sueño reparador, lo primero que se debe hacer para hallar la causa del cansancio constante es descartar cualquier causa médica. Los análisis médicos pueden ayudar a detectar trastornos de la tiroides o un desequilibrio hormonal, afecciones que frecuentemente están relacionadas con sensación de fatiga, especialmente en las mujeres.
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La falta de ciertos nutrientes como vitamina B12, folato y vitamina D, además de minerales como el hierro y el magnesio, también desempeña un papel importante a la hora de contribuir a la fatiga. A su vez, el estrés contribuye en gran medida a la sensación de cansancio. Cuando se está estresado, el cuerpo produce una hormona llamada cortisol, que agrava la fatiga.
No hay que olvidar que la deshidratación es otra causa importante de fatiga. De ahí que, a la par de consultar a un profesional médico, es sumamente necesario adoptar una dieta equilibrada, abordar las deficiencias de nutrientes, mantener una buena higiene del sueño y gestionar el estrés realizando actividad física regular, sin descuidar la correcta hidratación del organismo.
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