La vida útil de las toallas varía dependiendo cómo se utilizan y los cuidados que se le puedan dar sus fibras. Con el tiempo, estas prendas pueden volverse rígidas y presentar manchas de suciedad. Para prevenir su deterioro, un ingrediente casero puede ser muy útil: se trata del vinagre, que no falta en la cocina.
El vinagre es un gran aliado para suavizar toallas. Hay varias formas de utilizarlo, pero la más habitual es añadirlo junto con estas prendas en un balde con agua fría y limón. Luego, se debe dejar actuar por unos 30 minutos para posteriormente enjuagar con agua fría y poner a lavar las toallas con un ciclo normal de lavado.
Otra de las opciones es colocar el vinagre en la caja de jabón del lavarropas para que haga su efecto durante el proceso de lavado. Si se opta por este método, lo mejor es utilizarlo como sustituto del suavizante. Para ampliar los efectos de este truco casero, se puede añadir un poco de bicarbonato en la sección del detergente. Así se contribuye a blanquear el tejido, eliminando manchas del uso habitual.
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Frecuencia de lavado
Según las principales recomendaciones, un plazo razonable para lavar la toalla sería al menos una vez a la semana. A pesar de que se pueden ver limpias, estas prendas acumulan con el tiempo millones de gérmenes y pueden convertirse en un riesgo para la salud.
Si no se lavan con regularidad, el número de organismos en la toalla aumenta y, posteriormente, resulta muy difícil eliminarlos. Al secar distintas partes del cuerpo, estas prendas van adquiriendo que, si entran a través de heridas o lastimaduras en la piel, pueden causar infecciones.
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