Con frecuencia el cuerpo reacciona de forma extraña: tiritar, sentir pulso en lugares distintos y contracciones o punzadas repentinas pueden despertar preocupación. No obstante, se trata de respuestas naturales y mecanismos de supervivencia del organismo que no representan ningún riesgo, en la mayoría de los casos.
Según un análisis de la organización estadounidense Cínica Mayo, encabezado por la doctora Amy Rantala y replicado por la prensa internacional, ciertas reacciones involuntarias del cuerpo no tienen por qué despertar alarma. Por ejemplo, que los dedos se arruguen al estar en contacto con el agua responde únicamente al cambio en los líquidos que se da entre los tejidos. Así los seres humanos pueden agarrar mejor los objetos bajo el agua.
Otras de las reacciones extrañas y, a la vez, más comunes del organismo es tiritar ante las bajas temperaturas. Se trata de una manera de hacer temblar a los músculos para generar calor, por lo que no debe generar alarma.
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A su vez, resulta común sentir alguna punzada o pulso en el oído de forma repentina. Esta reacción puede deberse a diversos motivos, entre los que resalta una condición denominada “tinnitus pulsátil”, que sí puede ser indicador de la obstrucción de algún conducto auditivo u otro problema de salud. En este caso particular, se recomienda consultar con un profesional médico para determinar la causa exacta.
La punzada en el costado del cuerpo al realizar actividad física, especialmente después de comer, también son motivo de duda. Se ocasiona por la irritación del diafragma y como resultado de una respiración demasiado rápida o una alimentación inapropiada antes de correr. Si siente una punzada en el costado, se debe disminuir la velocidad, estirar los músculos del torso y concentrarse en respirar lenta y regularmente.
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