En medio de las altas temperaturas, es necesario extremar cuidados en lo que respecta a la cocción, conservación y manipulación correcta de los alimentos. El intenso calor favorece la proliferación de bacterias y ciertas emulsiones como las salsas y mayonesas, además de otros alimentos, se convierten en un foco de riesgo para el desarrollo de infecciones como la salmonelosis, que pueden derivar en graves intoxicaciones.
La ingeniera Dalma González, tecnóloga de alimentos, recordó en conversación con La Nación/Nación Media el reciente caso de intoxicación masiva que tuvo lugar en Alto Paraná tras una boda, donde el mal estado de una ensalada obligó a los invitados a acudir hasta el hospital por presunta salmonelosis, una infección bacteriana. “Los microorganismos se reproducen a altas temperaturas. Cuando ponemos la comida a una temperatura ambiente, damos todas las condiciones para que se puedan proliferar”, recalcó.
Fue así que la profesional detalló que algunas bacterias como la salmonella son propias del huevo y el pollo, por lo que cuando se corta la cadena de conservación y se las expone al calor hay grandes riesgos. “Siempre hay que tener en cuenta que la mayonesa o salsas caseras, no pueden estar a temperatura ambiente de ninguna manera. Cuando nosotros las almacenamos a una temperatura de entre 1 y 5 grados, los microorganismos no se pueden multiplicar. Aún así, en estas condiciones debe consumirse hasta en 48 horas “, agregó.
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Manipulación correcta de alimentos
Además de la refrigeración de los alimentos, la cocción también es fundamental, explicó la ingeniera Dalma González. “La temperatura segura de cocción se alcanza a partir de los 65 grados. Lo que nosotros logramos en esta fase es eliminar los microorganismos. Cuando vamos a manipular, por ejemplo, las carnes debemos hacer la cocción completa para asegurarnos que eliminamos los microorganismos”, expresó para LN/NM.
Previa cocción, las carnes pueden durar refrigeradas únicamente hasta tres días. Según la profesional, pasado este periodo, alimentos como el pollo comienzan a perder sus propiedades. “Si vamos a congelarlo, es diferente. Así podemos tenerlo hasta 3 meses. La recomendación siempre es ir congelando nuestros alimentos y solo bajarlos a la heladera cuando vamos a utilizarlos”, resaltó.
Resulta fundamental además respetar la cadena de frío. Los alimentos deben necesariamente mantenerse refrigerados para conservarlos de forma segura. “Cuando voy al supermercado y tengo que comprar alimentos refrigerados, estos productos se incluyen al carrito al final. No pueden pasar 40 minutos a temperatura ambiente”, enfatizó para La Nación.
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