Aunque el enamoramiento se relaciona frecuentemente con el corazón, la ciencia descubrió que el amor se genera en realidad en el cerebro a través de una serie de procesos que se activan cuando una persona siente atracción por otra. La sensación de mariposas en el estómago es solo una de las que se asocia al enamoramiento.
Según expertos de la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos, las mariposas en el estómago se sienten debido a una reducción del flujo sanguíneo, que se produce como resultado de la liberación de adrenalina y la oxitocina, la hormona del amor. Además de esta reacción fisiológica, el cerebro envía otras señales al organismo cuando se está enamorado.
Durante el enamoramiento, no solo se producen cambios en el cerebro, sino también en el resto del cuerpo. Por ejemplo, cuando se observa a la persona de la que se está enamorado, también se dilatan las pupilas y se experimenta una sensación de nerviosismo debido a la liberación de adrenalina.
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La persona enamorada puede experimentar además la necesidad psicológica de pasar más tiempo junto a su amado. Se puede comparar casi con una adicción, de acuerdo con el estudio. Esta reacción se debe a que en el proceso de enamoramiento se liberan altos niveles de dopamina, un químico que activa el circuito de recompensa.
Las formas de experimentar el amor también son diferentes para hombres y mujeres. En los primeros, se registra un aumento de la vasopresina, que potencia la testosterona y facilita una empatía más racionalizada. En cambio, con las segundas se genera un aumento de la oxitocina, que les otorga igualmente mayores niveles de confianza.
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